Monseñor Piris, Obispo de Lerida, es un Ladron
domingo, 25 de enero de 2009
Como tratar con un cínico y no morirse de angustia
Como tratar con un cínico y no morirse de angustia
Para comenzar diremos que el cinismo es una secta filosófica nacida en Grecia en el siglo IV a.C., cuyo principal representante fue Diógenes quien proclamaba la idea de la "libertad total". Fue discípulo de Antístenes quien desarrolló toda una escuela sobre la vida sencilla y natural, comer lo necesario, resistir al frío, al dolor y carecer de ambiciones, como los perros.
Precisamente "Kinos" en griego significa perros, de alli deriva la palabra que da nombre a ese modo de vida.
Diógenes era llamado perro, debido a su desvergüenza, descaro e impudicia, se tiraba sonoros pedos en cualquier reunión social y orinaba sobre las personas, defecaba cuando tenía ganas en cualquier sitio, aún dentro de casas ajenas y se masturbaba a la vista de todo el mundo, aprovechaba las reuniones sociales para demostrar su protesta mediante las acciones consideradas impúdicas para demostrarle a la sociedad lo vano y ridículo de sus pretensiones de civilización. El pensamiento de Diógenes nos ha llegado a través de anécdotas, las cuales nos hacen reír y pensar al mismo tiempo. Precisamente, en ese acto de pensar que nos lleva a reformular acciones, podemos encontrar respuestas que nos remiten a lo real del cuerpo enfrentándose a nuestro simbólico mundo de concepciones perceptuales y sometidas a la regla, de la cual no todos comparten en la misma medida.
Se cuenta que una vez un hombre de alta sociedad lo llevó como invitado a su casa a la que asistirían encumbrados personajes de la sociedad de su época, pero le advirtió y le pidió que no escupiera dentro de la casa , diciéndole que había otro lugares viles donde poder escupir, así fue que en determinado momento de la reunión, Diógenes carraspeó y lanzó un certero escupitajo en la cara del anfitrión, diciéndole que no había encontrado otro lugar más vil que ese para escupir.
Diógenes, como buen cínico, era experto en ver el punto débil de una teoría como así tambien pasar al acto en el trato con las personas para demostrarles a través de una osada provocación sus errores, como aquella vez en que Platón definió al hombre como un "bípedo implume", entonces Diógenes salió corriendo y trajo un gallo desplumado y lo colocó sobre la mesa diciendo "he aqui el hombre de Platón" tras lo cual Platón redefinió sus dichos al añadir "con uñas planas". En otra ocasión, Diógenes descansaba tirado sobre unas escaleras cuando se acercó el prestigioso Alejandro Magno y le dijo: "Soy Alejandro, pideme lo que quieras que te lo daré", a lo cual Diógenes levantando cansinamente la cabeza le respondió: "que te apartes y me dejes tomar sol".
Vivía en un tonel con apenas una raída, sucia y vieja frazada, proclamaba la vida libre y el desprecio por todo aquello que era considerado por la sociedad como muy valioso. Murió entre los ochenta y noventa años el día 13 de junio del año 323 a.C. el mismo día que Alejandro Magno.
Nuestros diccionarios definen al cínico como persona mentirosa y cruel, lo cual es una acepción distinta de la verdadera esencia del cinismo, pues los verdaderos cínicos no mienten, aunque si bien pueden llegar a ser crueles en determinadas ocasiones, la mentira está fuera de su doctrina y no pueden hacerlo ya que para ellos la mentira es aquello sobre lo que enfocan su lucha por demostrar que la verdad es la esencia de su hacer que está en concordancia con el orden natural y no con el elaborado y simbólico mundo de la sociedad. A veces pueden usar la mentira como una herramienta para develar una falsedad de lo presentado, pero no mienten por conveniencia personal. Cuando mienten por conveniencia personal, es posible decir que se trata de una persona cínica, pero cabría aclarar que además de cínica, tambien es canalla. Y si es un canalla está cayendo bajo la designación a la que el cínico somete al resto de la sociedad que critica, por lo tanto no es más que un ser social enemistado con la sociedad, y si su lucha es debido a esa enemistad está en el polo opuesto de un mismo plano, no escapa del mismo.
Los comportamientos cínicos en nuestra vida cotidiana tienen una relación distinta y motivos diferentes a los que Diógenes acostumbraba a la sociedad de su tiempo, aunque de alguna manera señalan los errores, pero por supuesto, no tienen la carga didáctica que habría tenido el filósofo. Se ha intentado ver en los movimientos hippies del mundo cierto cinismo, pero en realidad el movimiento hippie tenía la intención de hacer reaccionar a los gobiernos de los errores cometidos y no estaban eximidos de la angustia que provoca el enfrentamiento con quienes detentan el poder.
Al cínico actual podemos encontrarlo en cualquier lugar, sin harapos y durmiendo en sus modernas casas, escribiendo, trabajando, estudiando, como cualquier otro, se destaca más que nada por su incansable denostación del pensamiento de cualquiera que se le ponga enfrente y defenestrando a cualquier persona, desprecia los bienes personales ajenos, pero secretamente los desearía para sí mismo, autoriza a cualquiera a hacer lo que le venga en gana en cualquier lugar solo con el eslogan del placer adornándolo de palabras que suenen a sabiduría. El cínico vive para su deleite personal y subjetivamente sabe que su goce se juega alli aún a costa del sufrimiento de los demás. No repara en daños colaterales ni en pérdidas cuando lo que busca es destronar algún pensamiento o posición subjetiva del otro frente a determinada experiencia, de alguna manera exhorta a los demás que sigan haciendo lo que les venga en gana como una manera de justificarse a través de la complicidad revestida de pensamientos pseudo-profundos, pero si todo esto se le aplicara a él mismo, surgiría de inmediato una barrera defensiva arguyendo que no se le respeta y se violentan sus derechos.
Nunca invites a un cínico a tu fiesta, pues te la arruinará en cualquier momento o quizás justo cuando vea que tus defensas sociales han bajado, será entonces como al modo del legendario filósofo lanzará todo su cinismo alli donde menos te lo esperes. Tal vez Diógenes, además de haber inaugurado la escuela cínica con sus ejemplos de vida solitaria y desprecio de bienes materiales, comiendo sobras o carne cruda, nos haya dejado también el camino de salvación de su descaro cuando una sombra cayó sobre él y dijo: "Soy Alejandro, pide lo que quieras que te lo daré" y cansinamente Diógenes le respondió: "..que te apartes y me dejes tomar sol". Tal vez eso es lo mejor que podamos hacer si no queremos enredarnos en una eterna disputa de la cual finalmente ninguno de los dos ganará: apartarnos de su camino, pues el sol sale para todos.
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