Monseñor Piris, Obispo de Lerida, es un Ladron




EL Obispo Piris, de Lerida, es un ladrón


martes, 4 de agosto de 2009

CRIPTOGRAFIA EN TIEMPOS DE LOS REYES CATÓLICOS

En 1495, el doctor Rodrigo González de Puebla fue enviado a Londres por Isabel y Fernando (los reyes católicos) para negociar el matrimonio de su hija Catalina de Aragón con Arturo, el hijo de Enrique VII (un matrimonio que habría de durar solo seis meses, tras el cual Catalina se casaría con Enrique VIII, quien más tarde abandonaría el catolicismo para poder divorciarse de ella).
Durante aquel tiempo, los despachos diplomáticos eran cualquier cosa menos seguros.
Cualquiera podía abrirlos y leerlos (tal y como hizo el rey escocés Jaime IV en 1496, descubriendo así que España había instruido a sus enviados para que le dieran falsas esperanzas en su empeño por casarse con una infanta española).
La única protección consistía en el cifrado.
Pero sin embargo, esta era una ciencia que estaba dando sus primeros pasos.
Los únicos que intentaron algo al respecto fueron los españoles, que comenzaron a usar claves en sus cartas diplomáticas, lo cual por cierto no fue lo que se dice un éxito.
La forma más sencilla de cifrado consistía en remplazar ciertas palabras con números romanos, pero el código cambiaba y se expandía constantemente conforme iban añadiéndose más y más palabras. De este modo, se llegó al extremo que palabras cortas como ‘mar’ se escribieran MCCCCLXXXVIII, mientras que ‘el’ se cifraba como DCCCXXXIX y ‘en’ se representaba como DCCCCLXVIIII.
Al poco tiempo resultó evidente que pocos enviados conocían el código, y que muchos menos lo mantenían actualizado, por lo que desde Madrid llegaban comentarios como: ‘imposible’, ‘sin sentido’, ‘no podemos entenderlo’, ‘pidan al embajador que escriba un nuevo despacho’.
Finalmente en una carta real, le agradecen sarcásticamente al doctor de Puebla que codifique sus cartas, pero le agradecen aún más que haya tenido la consideración de adjuntar con ellas el libro de claves.
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Nota: En el Archivo General de Simancas (Estado, Tratados con Inglaterra, leg. 2, fol. 1) se conserva la clave de González de Puebla, compuesta de dos mil cuatrocientas palabras.
Los ejemplos conservados de correspondencia cifrada entre los reyes y las legaciones diplomáticas son numerosos.
Véase como punto de partida Alcocer Martín, M. “Criptografía española” (Boletín de la Real Academia de la Historia, nº CV y CVI, 1934-1935, pp. 336-340 y 603-676).
Nota: En la imagen se muestra una carta de los reyes católicos al doctor Puebla enviada a la embajada en Londres.
Visto en anecdotage.

1 comentario:

BOIRA_A dijo...

Buen comentario Javi Y ademas con curiosidades que es como me gusta

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