Monseñor Piris, Obispo de Lerida, es un Ladron




EL Obispo Piris, de Lerida, es un ladrón


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lunes, 5 de octubre de 2009

Uno de los enigmas sin resolver del Golpe de 1981

Uno de los enigmas sin resolver del Golpe de 1981

¿Qué saben realmente en el PSOE sobre el 23-F?

El ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, ha revelado en sus memorias un episodio llamativo: a finales de verano de 1980, el entonces número 3 del PSOE, Enrique Múgica, le visitó para preguntarle cómo vería que se forzase la dimisión del presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y su sustitución por un “militar de mentalidad democrática”. La revelación es muy importante porque incide en uno de los puntos nunca aclarados del golpe de estado del 23-F de 1981: ¿qué sabían realmente en el PSOE sobre la intentona golpista?


J.J.E. - 05-10-09

Tejero en el interior del Congreso el 23-F

Pujol data esa entrevista “a finales del verano” de 1980. Unas semanas después, el 22 de octubre, Múgica y otros líderes socialistas se reunían en Lérida con el general Armada. El escenario es conocido: los socialistas Enrique Múgica y Joan Reventos convocan a Armada en casa del alcalde de la ciudad, el también socialista Siurana. Según la mayor parte de las versiones, en aquella reunión, que duró cuatro horas, se habló de la eventual formación de un gobierno de concentración nacional que incluyera a la UCD y a la oposición parlamentaria. Ese gobierno sería presidido por un independiente, presumiblemente militar. ¿Armada?

Alfonso Armada había sido secretario general de la Casa del Rey durante diecisiete años. En 1980 era gobernador militar de Lérida. Pocas semanas después del encuentro de Lérida se le destinaba al puesto de segundo jefe del Estado Mayor del Ejército.

Pujol, en esas memorias que ahora salen a la luz, sostiene que rechazó la sugerencia de Múgica: “Le manifesté mi total desacuerdo. Esta visita, junto con otros hechos, revela que los socialistas, o buena parte, tenían una prisa enorme por llegar al poder”, concluye el ex presidente de la Generalitat.

El propio general Armada –noventa años ya, retirado en Galicia desde su indulto en 1988- ha sido interrogado por los medios acerca de las revelaciones de Pujol. “No sé qué decirle, no sé nada. No tuve nunca noticia de eso, no se me ocurre lo que pudiese preguntar. Son Múgica y Pujol quienes pueden aclarar ese episodio”. Es la actitud que Armada viene manteniendo desde el juicio por el golpe de estado.

Según los hechos establecidos, el general Armada fue el único militar que logró entrar en el Congreso en la madrugada del 23 al 24 de febrero de 1981 para hablar con el teniente coronel Tejero. Armada dijo que iba a tratar de convencerle para que se entregara. Sin embargo, lo que el general hizo fue comunicar a Tejero su propuesta de nuevo gobierno de concentración. Tejero se negó rotundamente porque en ese gobierno había socialistas y comunistas, y el teniente coronel sólo aceptaba un gobierno militar. De hecho, fue eso lo que llevó a Tejero a deponer su actitud y poner fin al secuestro del Congreso.

¿Y cuál era el Gobierno de concentración que Armada proponía? En su investigación sobre el 23-F, la periodista Victoria Prego reproduce el testimonio de la doctora Carmen Echave, que trabajaba en el equipo vicepresidente del Congreso (Modesto Fraile), y que escuchó tanto la propuesta de Armada como la disputa subsiguiente entre los dos militares. Según la doctora Echave, el gobierno que Armada propuso era el siguiente:

Presidente: general Alfonso Armada
Vicepresidente para Asuntos Políticos: Felipe González (PSOE)
Vicepresidente para Asuntos Económicos: J. M. López de Letona (Banca)
Ministro de Asuntos Exteriores: José María de Areilza (Coalición Democrática)
Ministro de Defensa: Manuel Fraga Iribarne (Alianza Popular)
Ministro de Justicia: Gregorio Peces-Barba (PSOE)
Ministro de Hacienda: Pío Cabanillas (UCD)
Ministro del Interior: general Manuel Saavedra Palmeiro
Ministro de Obras Públicas: José Luis Alvarez (UCD)
Ministro de Educación y Ciencia: Miguel Herrero de Miñón (UCD)
Ministro de Trabajo: Jordi Solé Tura (PCE)
Ministro de Industria: Agustín Rodríguez Sahagún (UCD)
Ministro de Comercio: Carlos Ferrer Salat (presidente de la CEOE)
Ministro de Cultura: Antonio Garrigues Walker (empresario)
Ministro de Economía: Ramón Tamames (PCE)
Ministro de Transportes y Comunicaciones: Javier Solana (PSOE)
Ministro de Autonomías y Regiones: general José Antonio Sáenz de Santamaría
Ministro de Sanidad: Enrique Múgica Herzog (PSOE)
Ministro de Información: Luis María Anson (presidente de la agencia Efe)

Armada siempre ha negado que le diera a Tejero ninguna lista de gobierno. En cuanto a Tejero, éste, como es sabido, despachó el asunto en el juicio con una frase lapidaria: “Lo que yo quisiera es que alguien me explicara lo del 23-F, porque yo no lo entiendo”.

¿Qué saben en el PSOE sobre este asunto? La versión oficial –o, más bien, oficiosa, Porque nunca ha habido declaraciones oficiales al respecto- dice que Múgica y Raventós pulsaron a Armada por la grave situación que estaba atravesando el país, y que Armada interpretó la iniciativa socialista como “un respaldo a sus inclinaciones golpistas”.

El Partido Socialista no ha comunicado aún declaración alguna sobre estas nuevas revelaciones que ahora ventila Jordi Pujol.


En la cope Si pincha ahí podras leer la noticia

martes, 4 de agosto de 2009

CRIPTOGRAFIA EN TIEMPOS DE LOS REYES CATÓLICOS

En 1495, el doctor Rodrigo González de Puebla fue enviado a Londres por Isabel y Fernando (los reyes católicos) para negociar el matrimonio de su hija Catalina de Aragón con Arturo, el hijo de Enrique VII (un matrimonio que habría de durar solo seis meses, tras el cual Catalina se casaría con Enrique VIII, quien más tarde abandonaría el catolicismo para poder divorciarse de ella).
Durante aquel tiempo, los despachos diplomáticos eran cualquier cosa menos seguros.
Cualquiera podía abrirlos y leerlos (tal y como hizo el rey escocés Jaime IV en 1496, descubriendo así que España había instruido a sus enviados para que le dieran falsas esperanzas en su empeño por casarse con una infanta española).
La única protección consistía en el cifrado.
Pero sin embargo, esta era una ciencia que estaba dando sus primeros pasos.
Los únicos que intentaron algo al respecto fueron los españoles, que comenzaron a usar claves en sus cartas diplomáticas, lo cual por cierto no fue lo que se dice un éxito.
La forma más sencilla de cifrado consistía en remplazar ciertas palabras con números romanos, pero el código cambiaba y se expandía constantemente conforme iban añadiéndose más y más palabras. De este modo, se llegó al extremo que palabras cortas como ‘mar’ se escribieran MCCCCLXXXVIII, mientras que ‘el’ se cifraba como DCCCXXXIX y ‘en’ se representaba como DCCCCLXVIIII.
Al poco tiempo resultó evidente que pocos enviados conocían el código, y que muchos menos lo mantenían actualizado, por lo que desde Madrid llegaban comentarios como: ‘imposible’, ‘sin sentido’, ‘no podemos entenderlo’, ‘pidan al embajador que escriba un nuevo despacho’.
Finalmente en una carta real, le agradecen sarcásticamente al doctor de Puebla que codifique sus cartas, pero le agradecen aún más que haya tenido la consideración de adjuntar con ellas el libro de claves.
—————-
Nota: En el Archivo General de Simancas (Estado, Tratados con Inglaterra, leg. 2, fol. 1) se conserva la clave de González de Puebla, compuesta de dos mil cuatrocientas palabras.
Los ejemplos conservados de correspondencia cifrada entre los reyes y las legaciones diplomáticas son numerosos.
Véase como punto de partida Alcocer Martín, M. “Criptografía española” (Boletín de la Real Academia de la Historia, nº CV y CVI, 1934-1935, pp. 336-340 y 603-676).
Nota: En la imagen se muestra una carta de los reyes católicos al doctor Puebla enviada a la embajada en Londres.
Visto en anecdotage.

jueves, 27 de noviembre de 2008

A calzón quitado


A calzón quitado
26 de Noviembre de 2008 - 19:34:53 - Luis del Pino
Pocos episodios hemos visto en el juicio del 11-M tan escandalosos y tristes como el de los análisis de explosivos. Primero ocultaron los análisis de los focos de explosión de los trenes; luego destruyeron los trenes y las prendas de ropa de las víctimas; más tarde, entregaron para analizar un puñado de muestras que no contenían ni un gramo de resto analizable, cuando de los trenes se habían extraído toneladas de objetos; después, se apagaron las cámaras misteriosamente el día que aparecieron componentes que no formaban parte de la Goma2-ECO; al final, achacaron la aparición de esos componentes que no cuadran con la versión oficial a mágicas moléculas voladoras que todo lo contaminan, pero sin que nadie sepa explicar cómo.

Pero, precisamente porque aquella sucesión de ocultaciones, mentiras y manipulaciones terminó convirtiendo en un circo lo que hubiera debido ser una prueba científica, el juez Gómez Bermúdez se tentó mucho la ropa a la hora de escribir su sentencia. Y lo que escribió estaba bien clarito: en Leganés y en el atentado fallido contra las vías del AVE se había usado Goma2-ECO, pero del explosivo de los trenes lo único que la sentencia del 11-M dice es que era una dinamita de tipo goma, sin poder determinar la marca, y que salió, total o parcialmente, de Mina Conchita.

La abogada de Gabriel y Pilar Moris presentó, nada más acabar el juicio, una batería de diligencias para tratar de aclarar qué es realmente lo que estalló en los trenes. Y el juez Pablo Ruz no se ha andado con tantos remilgos como Bermúdez. Después de la friolera de 18 meses, ha contestado a la solicitud de diligencias desestimándolas todas, por ser "inútiles, dilatorias y perjudiciales".

¿Inútiles? ¿En qué sentido puede ser inútil tratar de averiguar, por ejemplo, qué explosivos fabricados desde el año 1999 contienen metenamina, DNT o nitroglicerina, componentes todos ellos aparecidos en diversos análisis de los explosivos del 11-M?

¿Dilatorias? ¿Y eso lo dice el mismo juzgado que tarda 18 meses en contestar a la solicitud de diligencias? Desde luego, si algunos tuvieran la cara un poquitín más dura, podrían partir adoquines con la nariz.

¿Perjudiciales? Como no sea para la carrera profesional de algunos o para el futuro de esta casta político-judicial que nos gobierna, no veo en qué puede ser perjudicial pedir que se aclare qué explosivo se utilizó para asesinar a 192 personas.

Lo único que está claro a estas alturas es que el 11-M sirvió para poner en marcha muchas dinámicas, cuyas consecuencias las estamos viendo desde hace ya casi cinco años. Y está claro que los intereses creados para no averiguar qué pasó el 11-M deben de ser enormes, porque si no, no se explica que tanta gente sea capaz de renunciar a sus principios y a su deber profesional para conseguir, como sea, que se entierre la masacre de Madrid bajo un manto de olvido y de confusión: hay que tapar el 11-M a cualquier precio, lo quieran las víctimas o no.

Y si para eso hay que tergiversar el texto de la sentencia del 11-M, se tergiversa. Y si hay que dejar pasar los meses para que los asuntos se enfríen antes de contestar, pues se dejan pasar. Y si hay que rechazar las investigaciones que las víctimas solicitan, pues se rechazan. Y si hay que mantener secretas las diligencias año tras año, para entorpecer al máximo las investigaciones, pues se mantienen secretas.

Lo único bueno que tiene este enroque de la casta es que resulta tan grosero, tan evidente, tan a calzón quitado, que nadie que no forme parte de la propia casta puede a estas alturas dejar de preguntarse qué narices es lo que hay que tapar en el 11-M para que todo el mundo, jueces incluidos, haya perdido el pudor de semejante forma.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Españoles enteraros bien, FRANCO ha muerto, lo ha dicho Garzon



Españoles: Al llegar para mí la hora de rendir la vida ante el Altísimo y comparecer ante su inapelable juicio pido a Dios que me acoja benigno a su presencia, pues quise vivir y morir como católico. En el nombre de Cristo me honro, y ha sido mi voluntad constante ser hijo fiel de la Iglesia, en cuyo seno voy a morir. Pido perdón a todos, como de todo corazón perdono a cuantos se declararon mis enemigos, sin que yo los tuviera como tales. Creo y deseo no haber tenido otros que aquellos que lo fueron de España, a la que amo hasta el último momento y a la que prometí servir hasta el último aliento de mi vida, que ya sé próximo.

Quiero agradecer a cuantos han colaborado con entusiasmo, entrega y abnegación, en la gran empresa de hacer una España unida, grande y libre. Por el amor que siento por nuestra patria os pido que perseveréis en la unidad y en la paz y que rodeéis al futuro Rey de España, don Juan Carlos de Borbón, del mismo afecto y lealtad que a mí me habéis brindado y le prestéis, en todo momento, el mismo apoyo de colaboración que de vosotros he tenido. No olvidéis que los enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta. Velad también vosotros y para ello deponed frente a los supremos intereses de la patria y del pueblo español toda mira personal. No cejéis en alcanzar la justicia social y la cultura para todos los hombres de España y haced de ello vuestro primordial objetivo. Mantened la unidad de las tierras de España, exaltando la rica multiplicidad de sus regiones como fuente de la fortaleza de la unidad de la patria.

Quisiera, en mi último momento, unir los nombres de Dios y de España y abrazaros a todos para gritar juntos, por última vez, en los umbrales de mi muerte,

"¡Arriba España! ¡Viva España!".»



Mi comentario
Pues vaya, morirse ahora.. !Como es posible que hayan tardado tantos años en decirlo,¡ .Esto solo sucede en Cuba o en España.

Garzon, el super juez mas investigador de todos, el mas trabajador de toda la audincia ha tenido que certificarlo para que nos lo creamos, pareceser que nadie se creia que ese hombre estuviera ya criando malvas y con mil kilos encima de la barriga y nos lo ha dicho Garzon, porque él no podia aguantar que no lo supieramos y menos por estas fechas, sino es por él, aun seguiriamos viviendo en la inopia.

Vaya, ahora en vez del 20 N habrá que celebrar el 18-N. Asi que ya tenemos dos 18, el de julio y el de Noviembre

Viva el 18 de..............

martes, 4 de noviembre de 2008

No debería ser éste el camino, pero si se empeñan…


No debería ser éste el camino, pero si se empeñan…

Querella contra Carrillo y Largo Caballero. Por Paracuellos y por el asesinato de José Antonio

¿Se empeñan en desenterrar el hacha enterrada por todos (eso parecía) en la Transición? ¿Pretende el juez Garzón procesar, entre otros, a Francisco Franco Bahamonde? Pues bien –se ha dicho un particular afincado en Madrid y que permanece en el anonimato–, que no se quede ahí la cosa. Existen, entre miles de otros crímenes, los dos hechos más emblemáticos sucedidos en el bando nacional: el genocidio de Paracuellos de Jarama y el asesinato de José Antonio Primo de Rivera. ¿Por qué no presentar, pues, una querella contra dirigentes republicanos como el dirigente del PSOE Francisco Largo Caballero y el de las Juventudes Comunistas, el todavía vivo Santiago Carrillo?

JAVIER RUIZ PORTELLA

¿Se empeñan en desenterrar el hacha enterrada por todos (eso parecía) en la Transición? ¿Pretende el juez Garzón procesar, entre otros, a Francisco Franco Bahamonde? Pues bien –se ha dicho un particular afincado en Madrid y que permanece en el anonimato–, que no se quede ahí la cosa. Existen, entre miles de otros crímenes, los dos hechos más emblemáticos sucedidos en el bando nacional: el genocidio de Paracuellos de Jarama y el asesinato de José Antonio Primo de Rivera. ¿Por qué no presentar, pues, una querella contra dirigentes republicanos como el dirigente del PSOE Francisco Largo Caballero y el de las Juventudes Comunistas, el todavía vivo Santiago Carrillo?

Dicho y hecho. A Alicante se fue el hombre y en el Juzgado de Guardia presentó querella criminal pidiendo que “se procese por el homicidio de don José Antonio Primo de Rivera, acontecido el 20 de noviembre de 1936 en la cárcel de esta ciudad, a don Francisco Largo Caballero, en aquel entonces presidente del gobierno de la República, y fallecido en París (Francia) el 23 de marzo de 1946”.
Por su parte, la querella contra Santiago Carrillo se basa en las responsabilidades –probadas por la documentación de los propios archivos soviéticos– que el líder comunista –consejero de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid– asumió en la matanza de más de cinco mil personas, entre ellas muchachos de doce y trece años de edad, efectuada en Paracuellos de Jarama en el mismo mes de noviembre de 1936.
El querellante atribuye a tales hechos el carácter de crimen contra la humanidad; el mismo en el que se basa el dichoso juez Garzón para procesar a los dirigentes del bando nacional. Pero como hay dos pesos y dos medidas en la justicia española, son ínfimas las posibilidades de que prospere tal querella.
*
Ojalá no prosperara ni ésta ni la otra. Ojalá se cerraran de una vez por todas todos los procesos, todas las fosas, todas las tumbas. Ojalá tuvieran los nuevos, los desventurados rojos de hoy la decencia de dejar en paz a sus muertos —y a los nuestros (aunque éstos, uno lo comprende…, prefieren ni mentarlos).
Pero no, les resulta imposible. Durante tres años lo tuvieron todo (no ellos personalmente, pero les da igual). A sangre y fuego emprendieron la revolución (valga la redundancia). A mansalva mataron, no sólo a los nuestros, a los suyos también… Pero lo perdieron todo, tuvieron que abandonarlo todo.
Y no logran superar el trauma. Como el ave carroñera que ha olido de cerca el delicioso olor de su presa, como el lobo que ha sorbido ya las primeras gotas de sangre de la suya, no logran hacerse a la idea de haber tenido que abandonar un día —allá penas si hace setenta años— tan apetitoso manjar.

O esto, o están, sin más trámite y literalmente, locos de remate.
http://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=2827

Pues eso registrado queda

martes, 28 de octubre de 2008

Una tumba que no investiga Garzón: el abuelo de su mujer fue asesinado por el Frente Popular y sus restos tirados a una fosa común

Una tumba que no investiga Garzón: el abuelo de su mujer fue asesinado por el Frente Popular y sus restos tirados a una fosa común


Ahora que Baltasar Garzón se ha propuesto levantar los restos de las fosas comunes causadas por el franquismo, surgen datos sobre otras personas que también quedaron sin identificar, pero víctimas del otro bando, y por tanto a las que el juez no va a hacer mucho caso. Uno de ellos, un abuelo de la mujer del magistrado.

Según publicó El Periódico de Cataluña, en un comentario al artículo ‘Garzón rechaza tramitar el recurso del fiscal...’, Aurelio Serrano Medina, abuelo de la esposa del juez, fue asesinado en la localidad de Sorihuela del Guadalimar (provincia de Jaén).

De acuerdo con el testimonio, en la iglesia de ese pueblo jienense fueron torturados y bárbaramente asesinados, a martillazos y hachazos, por el Frente Popular, una serie de personas, entre ellos Aurelio Serrano, además de dos hermanos del abuelo del firmante del comentario. Y los despojos de los asesinados fueron tirados a una fosa común “a trozos” porque ninguno había quedado entero.

Otras tres mujeres fueron descuartizadas en el puente sobre el río Guadalimar, a tres kilómetros del pueblo, y sus restos lanzados al río, excepto las orejas, que, entre mofas, fueron asadas y comidas en una tasca del pueblo, según contaban los viejos del lugar

martes, 21 de octubre de 2008

Losantos: "Si Franco fue un criminal contra la Humanidad, su sucesor no sé qué sera"




Losantos: "Si Franco fue un criminal contra la Humanidad, su sucesor no sé qué sera"
20.10.08 | 08:30.


En menos de un mes podrían iniciarse las exhumaciones. Garzón ha preparado una pirueta jurídica para ganar tiempo. Así, la Fiscalía de la Audiencia Nacional, antes de presentar recurso ante la Sala, tiene por fuerza que recurrir ante el propio Garzón después de que el magistrado decidiera convertir su investigación en sumario. "Se ha cargado la Transición", "el abuelo de Leonorín un día de éstos se va a enterar". Losantos ha exigido al Rey que reaccione, "aunque sólo sea por salvar el negocio".

Baltasar Garzón tiene que estar frotándose las manos. El magistrado de la Audiencia Nacional ha preparado una argucia legal para ganar tiempo y que, antes de que la Sala tome una decisión, hayan comenzado ya las exhumaciones de cadáveres de las fosas comunes. Críticas le han llovido por todas partes, pero las más ácidas, las de Jiménez Losantos:

Número dos de Míster X, en el 93. Antes lo quiso meter en la cárcel, por lo del GAL, y después también porque no le cumplió la promeso de hacerlo superministro, pero estuvo en el Parlamento. Todavía recuerdo cuando iba a darle la mano a Barrionuevo y a Corcuera, que le volvían la espalda. "Basura", se oía ahí en el fondo, y él hacía como que no le oía.

Últimamente se dedica a hacer reportajes en TVE, a salvar a algunos pueblos muy primitivos en la selva de Colombia cerca ya de Brasil, también se dedica a salvar el superávit de los norteamericanos cobrando barbaridades en Nueva York y, además, también se dedica a entrevistar a Míster X, y a Zapatero también. Excepto a su juzgado, que no tiene tiempo, se dedica a todo. ¿Y el CGPJ, el llamado gobierno de los jueces, no tiene nada que decir? Pues no. No tienen nada que decir por una sola razón: le tienen pavor, un pánico impresionante.

Pero el locutor de La COPE ha ido más arriba, hasta el Rey:

¡Hombre, ni el sucesor de Franco a título de Rey tiene nada que decir como poder moderador de que este tío se líe a reabrir fosas comunes! Pues imaginense las clases de educación para la tiranía que le van a dar a Leonorín en el colegio. ¿Y el abuelo? ¡Niña, a estudiar!

Ha dicho:

El abuelo de Leonorín un día de éstos se va a enterar.

Losantos está asombrado ante la falta de reacción de don Juan Carlos:

Garzón se dedica a cargarse la Transición y a decir que Franco fue un criminal contra la Humanidad, pues el sucesor no sé qué será, pero, desde luego, bueno no parece. Oye, es que ni una palabra. Pero ni una palabra. Es que a mí eso me deja asombrado, aunque sólo sea por el negocio. Nada, ni eso, es que ni una palabra.

viernes, 17 de octubre de 2008

Españoles... Franco ha muerto


El humor de Chiri en la COPE


Españoles... Franco ha muerto


Yo ya no se que pensar de Garzon, para juez no sirve mucho, pero como vedette se lleva la palma, me pregunto donde estaba este muchachito antes de 1975?
Que haya dinero para esta gilipolleces y no la haya para otrasmas perentorias y necesarias para el bien común, clama el cielo

Que se meta con un muerto cuando hay un vivo muy vivales, como Carrillo, que se cargó a muchos y no se atreve a pedirle responsabilidades es para que alguien en su sano juicio haga lo posible por incapacitar aun juez que es todo menos juez

Que acertado estuvo aquel alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, cuando dijo que la Justicia era un cachondeo, con jueces como este es además de un cachondeo un escandalo.

Porque no investiga quien demonios fue la X del caso Gal, un crimen de estado que no debe quedar impune y que jamas un estado puede ponerse a la misma altura que los Hijos de Setien, que no haga eso y que pretendar hacer esto, con alguien que lleva mas de 30 años muertos es esperpéntico

martes, 14 de octubre de 2008

Artículo de Arturo Pérez-Reverte publicado en XL-Semanal.

Artículo de Arturo Pérez-Reverte publicado en XL-Semanal.



Artículo de Arturo Pérez-Reverte publicado en XL-Semanal.


Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros.

Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros -aquí matizaré ministros y ministras- de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera.

No quiero que acabe el mes sin mentaros -el tuteo es deliberado- a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía.

De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.

Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, alos meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana -que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural-, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña.

Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.

Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente -recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española-. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos»
Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p'alante.
Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.
Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio.

¡Cuánto más peligro tiene un imbécil, que un malvado!.

Pásalo merece la pena que tenga la máxima difusión.

lunes, 13 de octubre de 2008

12 de Octubre dia de la Hispanidad


http://es.youtube.com/watch?v=1ZuOa8FoSX8


12 de Octubre, Dia de la Hispanidad
La Hispanidad es la comunidad formada por todas las gentes y naciones que comparten una lengua y cultura hispánicas. Las 23 naciones que en ella se incluyen son todas hispanohablantes salvo Filipinas, pudiendo clasificarse en cuatro áreas geográficas: España, Latinoamérica hispánica (Hispanoamérica), África hispánica y, por último, se podría incluir la hispanopacífica. Cada 12 de octubre se celebra el Día de la Hispanidad conmemorando el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón. Es la fiesta nacional de España y es celebrado en otros países hispanos.

La hispanidad se empezó a forjar el 12 de octubre de 1492 cuando Cristóbal Colón avistó América y comenzó la conquista por parte de los europeos. La Corona de Castilla creó un imperio ultramarino difundiendo su cultura y lengua en las Indias al igual que otras naciones europeas.

domingo, 28 de septiembre de 2008




Benedicto XIII : Papa Luna. Illueca (Zaragoza) 1328 - Peñiscola 1423 Personajes de Aragón.

Don Pedro Martínez de Luna: Cardenal y Papa.

En un pequeño lugar de Aragón, llamado Illueca, de la comarca de Calatayud, nació, allá por el año del Señor de 1.328, Don Pedro Martínez de Luna, hijo segundo de Juan Martínez de Luna y de Doña María Pérez de Gotor, señores de Illueca, Gotor y Mediana; su alumbramiento se produjo en una de las salas del Castillo recientemente construido en el altozano que dominaba el modesto caserío, no más de 60 familias, a orillas del Río Aranda, y donde hoy, ya restaurado y rehabilitado el Castillo Palacio, se ha puesto su recuerdo.

Digamos que es una figura muy mal interpretada, su larga vida, casi cien años, estuvo entre dos siglos, le tocó una mala época, pero pese a todo, su figura se agiganta con el paso de los años.

Se le puede tachar de muchas cosas y todas buenas, recordemos que ya en su tiempos sus más acérrimos enemigos decían " Este hombre peca en exceso de virtud"

Su papel desde el primer momento en que muere Gregorio XI, fue decisivo para muchísimas cosas, era el cardenal de más prestigio por su sabiduría y sus conocimientos de ciertas materias, sobre todo en el derecho canónico, del que era un experto.

Ocupo ya en tiempos del papa Gregorio XI, importantes puestos, que se acrecentarían después con los acontecimientos del Cisma y que culminarían al ser elegido Papa a la muerte en Avigñon de Clemente VII.

Un 28 de septiembre de 1394, víspera de san Miguel, fue elegido sumo Pontífice por 20de los 21 votos, su pontificado, no admitido por Roma en los últimos años, pero legal a todas luces, pese a lo que parezca, hasta 1958 se decía papa en la Obediencia de avigñon, que es lo correcto decir.

Su vida, azarosa como la de pocos ya empezó siéndolo desde joven, cuando tuvo que salvar el pellejo de Enrique de Trastámara y llevarlo de castilla hasta Francia de forma rocambolesca

Más adelante, se tuvo que enfrentar a los díscolos que irrumpieron en el Conclave viciándolo, del que saldría elegido Urbano VI, dando lugar por la conducta de éste a que se reconsiderara su elección que fue nula, dando origen al mal llamado cisma de occidente, posteriormente, sobre sus hombros recayó toda la parte de estudio del caso y solución como canonista que era

Clemente VII, lo hizo su NUNCIO con amplios poderes y sobre el recayó la tarea de convencer al mundo donde estaba la verdad de Pedro, muchas fueron las naciones que a sus explicaciones se unieron a Avigñon

Y todo esto culminó en su primera parte al ser tal día como hoy elegido Sumo Pontífice en la Obediencia de avigñon



No ha habido, ni habrá en toda la historia de la Iglesia un papa como Benedicto XIII, es del único papa que se sepa, que en circunstancias muy adversas no pecó de simonía como otros muy cercanos a nuestro tiempo.

Fue un mecenas importante, variadas son las iglesias que dejó su impronta de hombre preocupado por el bienestar espiritual de sus seguidores, era parco en todo, frugal en la comida, y en los gustos, era muy culto y se preocupo de la vida espiritual y de las buenas costumbres del clero que tenian una vida muy relajada


Hoy, su figura sigue agigantandose para las almas limpias, para la podudembunbre, para los miserables, sigue intentando empequeñeciendola sin conseguirlo , pero quienes son algo en la historia, sin él no serian nada, a la luz de esta gigantesca figura que brila con luz propia son algo. No ha habido, ni habrá un papa,como él. Ni Juan Pablo el Magno, que fue un simonico, casos de Polonia, beatificacion y santificacion de Escriva de Balaguer, etc etc. Benedicto XIII, se mantuvo siempre fiel a su conciencia, ya lo dijo él, antes me dejaria deshohayar vivo que ir en contra de mi conciencia y asi le fue en la vida, que hasta Martin V el flamante papa electo del concuvinato concilio de Constnza, mando al Cardenal Aldalmari, Nuncio suyo, que lo envenenara, pero Dios no consintió que una persona como Benedicto XIII, muriria como una vulgar rata de alcantarilla, y a sus 94 años, pudo expulsar el veneno que le dieron, se sabe que en su lecho de muerte, el Cardenal Aldalmari al saberse que se iba a encontra con Dios, se arrepintió de su crimen y acusó al mal pontifice, su inductor, pero no se sabe que el sacrilego pontifice , salido del manipulado concilio de Constanza, Martin V, del viciado concilio, se arrepintiria del crimen que mando cometer, logicamente quien atentare contra un alto clerigo, el codigo canonico de aquellos tiempo como el de ahora, decia que incurria en excomunion en el acto y todos sus actos posteriores eran SACRILEGOS, que cada uno que ya es mayoercito juzque, busque y compare

Siempre he mantenido y mantengo que desde Benedicto XIII, al no saberse las circunstncias que rodearon la renuncia de Clemnte VIII en Peñiscola, TODOS los papas posteriores son legitimos dentro de una ilegitimidad y que esa legalidad es viciada desde Martin V, no costa que éste se arrepintiera de su criminal accion de mandar envenenar al anaciano Pontifice aviñones en su encierro de Peñiscola.

Ha habido papas asesinos, pero criminales, tan criminales como Martin V no, éste fue pasarse de lo criminal, de lo cinico y de lo incorrecto, este fue muy lejos en su villania

viernes, 26 de septiembre de 2008




Te acuerdas de...aquel tiempo, cuando las decisiones importantes se tomaban mediante un práctico... 'Pito-pito gorgorito... donde vas tu tan bonito?...A la era verdadera... pim pom fuera!'?

Se podí­an detener las cosas cuando se complicaban con un simple...'No ha valido' o ¡CASA!.

'Los errores se arreglaban diciendo simplemente...'Empezamos otra vez'

El peor castigo y condena era que te hicieran escribir 100 veces... 'No debo..

Tener mucho dinero, solo significaba poder comprarte un helado... o una bolsa de chucherí­as a la salida del cole...

Hacer una montaña de arena, podí­a mantenernos felizmente ocupados durante toda una tarde...

Para salvar a todos los amigos... bastaba con un grito de...'Por mi! Por todos mis compañeros y por mi primero'

Siempre descubrí­as tus más ocultas habilidades, a causa de un ¿A que no haces esto?

No habí­a nada más prohibido que jugar con fuego...

TONTO EL ÚLTIMO' Era lo único que nos hací­a correr como locos... hasta que sentíamos que el corazón se nos salí­a del pecho...

El 'poli y ladrón' era solo un juego para el recreo, y por supuesto era mucho más divertido ser ladrón que policí­a...

Los globos de agua... eran la más moderna, poderosa y eficiente arma que jamás se habí­a inventado...

La mayor desilusión... era solo haber sido elegidos últimos para el equipo del cole...

Nunca faltaban los caramelos que tiraban los reyes en Navidad, ni el dinero que nos dejaba el ratoncito Pérez bajo la almohada...

'GUERRA' solo significaba arrojarse tizas y bolas de papel durante las horas libres en clase... Los helados y la leche con galletas constituí­an el grupo de los alimentos básicos y esenciales..

Quitarte las ruedas pequeñas a la bici significaba un gran paso en tu vida....

El mayor negocio del siglo era conseguir cambiar los diez cromos repetidos por el que hacia tanto tiempo que buscabas..

Hacer cabañas con ramas cuando íbamos de excursión al campo nos entretení­a durante horas... hasta que vení­an a avisarnos de que tení­amos que marchar y llorabamos desconsolados...

Todos te admiraban si lograbas cruzar la comba mientras saltabas...

Era un gran tesoro si encontrabas trozos de escayola en los cubos de basura y poder dibujar en el suelo y jugar...

Sentarnos frente al televisor... a las 5 en punto con los ojos desencajados y ver 'Barrio Sésamo'

Creerte superman o supergirl...y ponerte el 'babi' del cole a modo de capa mientras subidos en cualquier escalón deseabas con todas tus fuerzas poder volar como ellos...

Todas estas simples cosas... nos hací­an felices, no necesitábamos nada más.... un balón, una comba y dos amigos con los que hacer el ganso durante todo el dí­a...


SI PODEIS RECORDAR LA MAYORÍA DE ESTAS COSAS Y HE CONSEGUIDO QUE SONRIAIS, ENTONCES SIGNIFICA QUE HABEIS TENIDO UNA INFANCIA FELIZ... Y QUE TODAVÍA OS QUEDA DENTRO ALGO DEL NIÑO QUE ERAMOS NO HACE TANTO TIEMPO... ASI QUE ENVÍA ESTO AL QUE NECESITE UN PEQUEÑO DESCANSO EN SU APRETADA Y AGITADA VIDA DE ADULTO O QUE ESTA ENTRANDO EN ELLA Y SE AGOBIA. NUNCA PERDAIS AL NIÑO Q LLEVAMOS DENTRO PORQUE DA SENTIDO A NUESTRA VIDA!.

Y EL ÚLTIMO EN LEERLO... ¡¡LA LLEVA!!!

miércoles, 10 de septiembre de 2008

La familia de Federico García Lorca no quiere reabrir su fosa

Los García Lorca se resisten a traicionar la memoria del literato alegando que los enterrados en el túmulo donde reposa “son todos iguales, todos víctimas de la misma barbarie”.
Es lo que tiene. Unos están encantados de reabrir viejas heridas y hay quien considera que todavía no ha llegado el momento de afrontar un golpe semejante, que podría suscitar un nuevo choque de trenes. La familia del poeta Federico García Lorca se opone a la apertura de la fosa común donde reposan los restos del artista. Hay otras familias que sí quieren abrirla, como por ejemplo la de un banderillero enterrado a su lado. Los García Lorca se resisten a traicionar la memoria del literato alegando que los enterrados allí “son todos iguales, todos víctimas de la misma barbarie”. Así se ha expresado Laura, la sobrina del poeta. A esta situación nos lleva el espíritu revisionista de Baltasar Garzón y del Gobierno. Un desatino.

MI NOTA
Efectivamente, es un disparate este revanchismo del Gobierno, ahora con la complacencia del mas ambicioso hombre que se pone una toga, porque definirlo potro que deberia ser el de su profesion, es un disparate.- El no es juez, el es una marioneta que se mueve segun le soplen.
Una vez más la familia de Lorca, asesinado por venganzas y no por otra cosa, se pone en su sitio y dice una gran verdad, que hay que respetar y sobre todo " Que todos murieron por la misma causa" Es igual donde lo hicieron, solo que estuvieran donde estuvieran la causa era la misma
Pero estos muñeroides, estos revanchistas se olvidan que hay que empezar por la madre de Guerra del 36 y que no es otra que los tragicos acontecimientos del 34, donde se cometieron disparates.

Y por cierto, Garzon al unico que puede encausar, sin hacer la risa y el ridiculo es a Santiago Carrillo, el sabe los miles de cadaveres que le deben acompañar en su deambular por este mundo.
Nadie le ha pedido nunca responsabilidades, ni por los muertos de Paracuellos, del que el fue el máximo responsable de los " paseillos" y del oro que fue a Moscú, donde le ha permitido vivir sin penurias y más bien a lo grande

sábado, 30 de agosto de 2008





No es ningun montaje pero no tiene desperdicio

martes, 5 de agosto de 2008

Señoras y señores: éste es el Verdadero Juan Carlos Borbón

Ante el Presidente del Congreso de los Diputados
El coronel del Ejército español Amadeo Martínez Inglés acusa formalmente al rey Juan Carlos I de graves delitos

01:54h. del Domingo, 3 de agosto.

El pasado mes de abril, el coronel del Ejército español Amadeo Martínez Inglés, acusó, mediante un escrito al Presidente del Congreso, al rey Juan Carlos de una serie de irregularidades que son "presuntos y graves delitos que no deben quedar escondidos, de ninguna de las maneras, bajo la alfombra de la historia. Como los que relaciono a continuación: Un intento de golpe de Estado, (…) la puesta en actividad, en 1983, de los batallones de la muerte, (…) enriquecerse de una forma exagerada e ilegal, (…) ejercer la corrupción continuada y generalizada, (…) desviar fondos reservados del Estado, (…) un presunto asesinato (…)".

Texto completo:

*AL EXCMO SR. PRESIDENTE DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS DE LAS CORTES
ESPAÑOLAS*

Don Amadeo Martínez Inglés, coronel del Ejército, escritor e historiador militar, se dirige a VE y a la Cámara que preside con arreglo a lo que dispone el artículo 77.1 de la Constitución española manifestándole lo siguiente:

Con fecha 23 de septiembre de 2005, y con arreglo a cuanto dispone el artículo 77.1 de la Constitución española, remití al presidente de esa Cámara en la legislatura anterior, señor Marín, un exhaustivo Informe (40 páginas) sobre los hechos acaecidos en España en la tarde/noche del 23 de febrero de 1981 (popularmente conocidos como la "intentona involucionista del 23-F") en el que, después de una larga investigación de más de veinte años, presentaba toda una serie de indicios racionales que apuntaban a que el rey Juan Carlos I fue el máximo responsable de su planificación, coordinación, preparación y ejecución. En consecuencia le solicitaba la creación de una Comisión de Investigación, conforme a lo que establece el artículo 76.1 de la Carta Magna, que, a pesar del tiempo transcurrido y con los máximos poderes, estudiara, investigara y analizara tan deleznable episodio de la reciente historia de España y depurara las responsabilidades (políticas e históricas, preferentemente) en las que pudo incurrir el monarca español.

En enero de 2006, cuatro meses después del envío del Informe sobre el 23-F presidente del Congreso de los Diputados y visto que éste no parecía dispuesto a acusar recibo del mismo y, mucho menos, a estudiarlo o debatirlo en la Cámara que presidía (aunque me consta que dio traslado del escrito a los diferentes grupos parlamentarios) decidí enviar el prolijo documento al presidente del Senado, señor Rojo, al del Gobierno de la nación, señor Rodríguez Zapatero, y a cada uno de los presidentes de las más altas instituciones del Estado: Consejo General del Poder Judicial, Tribunal Supremo, Tribunal Constitucional, Consejo de Estado…etc, etc. Ninguna de las autoridades a las que iba dirigido el, al parecer, "políticamente
incorrecto" escrito (a excepción del presidente del Senado, quien acusó recibo a través de la Comisión de Peticiones de la Cámara) contestó al mismo.

Al no obtener ninguna respuesta, tanto del presidente Marín como de los presidentes de las más altas instituciones del Estado, año y medio después, con fecha 23 de febrero de 2007, presenté en el Congreso de los Diputados el mismo Informe solicitando de nuevo la creación de una Comisión que investigara el supuesto golpe de Estado del 23-F; visto, además, lo ocurrido en esa Cámara el día 23 de febrero del año anterior, fecha en que se cumplía el vigésimo quinto aniversario de tan desgraciado evento, al rechazar de plano algunos grupos parlamentarios la nota institucional que pretendía difundir el presidente y que, como venía siendo costumbre en los últimos años, señalaba al rey Juan Carlos como supremo y único "salvador de la democracia y las libertades del pueblo español" puestas en peligro por el golpista Tejero.

Como consecuencia de todo lo anterior y consciente de que el Congreso de los Diputados, con su señor presidente al frente, y el resto de autoridades a las que había dirigido el documento nunca se iban a molestar en acusar recibo del mismo (si sus señorías no quieren debatir tan espinoso asunto que lo haga la opinión pública, primero nacional y después internacional), he decidido publicar todas mis investigaciones sobre el rey Juan Carlos en forma de libro ("Juan Carlos I, el último Borbón". Styria. Febrero 2008), un extenso trabajo sobre la vida del monarca español en el que analizo, después de muchos años de estudio y dedicación, no sólo el ya comentado asunto del 23-F sino algunas de las numerosas y graves irregularidades políticas, militares, familiares, económicas… que ha protagonizado, primero en su juventud y después a lo largo de sus treinta y dos años de reinado. Muchas de estas irregularidades son, obviamente, presuntos y graves delitos que no deben quedar escondidos, de ninguna de las maneras, bajo la alfombra de la historia. Como los que relaciono a continuación:

1º.- Un intento de golpe de Estado, ya que a estas alturas está fuera de toda duda que, en el otoño de 1980, dio el visto bueno a sus militares cortesanos (los generales Armada y Milans) para que planificaran, organizaran, coordinaran y ejecutaran una ilegal e inconstitucional maniobra político-militar-institucional (el ya comentado 23-F), de acuerdo con determinadas fuerzas políticas del arco parlamentario, con el fin de cambiar el Gobierno legítimo de la nación española y frenar con ello un golpe militar de la extrema derecha castrense. Maniobra que después sería abandonada por él mismo y sus compinches políticos ante la estrafalaria
entrada del teniente coronel Tejero en el Congreso de los Diputados, poniendo así en serio peligro de guerra civil a este país.

2º.- La puesta en actividad, en 1983, de los batallones de la muerte o grupos de terroristas de Estado denominados GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) para hacer desaparecer (matar o secuestrar) miembros de ETA, saltándose a la torera todas las normas y leyes del Estado de derecho y usando las mismas tácticas y técnicas de los separatistas vascos. Grupos de asesinos a sueldo del Estado español que, con el conocimiento y la autorización del Jefe del Estado y comandante supremo de las FAS españolas, el rey Juan Carlos, serían organizados y dirigidos por los servicios secretos militares (CESID) nutriéndose de funcionarios militares y civiles españoles y mercenarios extranjeros.

3º.- Enriquecerse de una forma exagerada e ilegal hasta convertir a su familia en una de las más grandes fortunas de Europa y el mundo, recibiendo sospechosas donaciones y créditos personales desde el exterior y realizando substanciosos negocios aprovechándose de su omnímodo poder institucional y su inviolabilidad ante la ley. Lo que ha propiciado que en treinta años su fortuna se haya elevado, según prestigiosas publicaciones extranjeras (en España el mutismo en todo lo referente a la familia real es absoluto), a la importantísima suma de 1.790 millones de euros (300.000 millones de pesetas). Cifra ésta nunca desmentida por La Zarzuela.

4º.- Ejercer la corrupción continuada y generalizada, al recibir y aceptar como rey y jefe del Estado regalos y donaciones multimillonarias de empresarios y particulares (yates, coches, petrodólares para apoyar la reconquista de Kuwait…)

5º.- Desviar fondos reservados del Estado para pagar sus aventuras galantes y los chantajes de alguna de sus numerosas amantes, como el que tuvo que hacer frente a partir del año 1994 tras su larga relación amorosa de 15 años de duración con una bella vedette del espectáculo español. Que nos ha costado a los contribuyentes españoles más de 500 millones de pesetas, pagados con los fondos reservados del CESID, Presidencia del Gobierno y Ministerio del Interior.

6.- Un presunto asesinato (el simple homicidio ya fue aceptado en su día por él mismo y su familia) cometido en sus años mozos, ya que el 29 de marzo de 1956, con 18 años de edad y siendo un distinguido cadete de la Academia General Militar de Zaragoza, con seis meses de instrucción militar intensiva en su haber y otros seis de instrucción premilitar (experto por lo tanto en el uso y manejo de toda clase de armas portátiles del Ejército español) mató, estando sólo con él y en muy extrañas circunstancias que nunca han sido aclaradas, de un tiro en la cabeza procedente de su propia arma a su hermano Alfonso, de 14 años, el preferido de su padre, don Juan de Borbón.
Quien, según muchos políticos del entorno de éste, iba a ser elegido por el conde de Barcelona para sucederle en sus derechos dinásticos a la corona de España ante el proceder de Juan Carlos que ya en esas fechas manifestaba una irregular y perruna obediencia a Franco con vistas a acceder al trono saltándose a su propio padre.

En relación con este turbio asunto (que ha permanecido cincuenta años en el más absoluto de los secretos), el citado trabajo de investigación desmonta una tras otra todas las hipótesis tejidas en su día por la propia familia de Juan Carlos y el dictador Franco para hacer creer a los españoles que todo fue un desgraciado accidente. Supuesto accidente que nunca fue investigado ni por la justicia portuguesa ni por la española, civil o militar, siendo el homicida en aquellas fechas un profesional de las Fuerzas Armadas españolas.

De todos estos presuntos delitos cometidos por el rey Juan Carlos I, que recoge el ya repetidas veces comentado trabajo de investigación, se presentan abundantes indicios de culpabilidad. De la mayoría de los cuales, por otra parte, han tenido constancia en los últimos años las elites mejor informadas de este país (políticos, periodistas, líderes sociales…) pero sin atreverse a denunciarlos y, mucho menos, a perseguirlos. El historiador militar que formula el presente escrito ha decidido ahora darles publicidad en forma de libro para conocimiento de todos los españoles. Libro que, por otra parte, pasados ya dos meses desde su publicación, no ha sido desmentido en ninguno de sus extremos ni por la propia Casa Real española ni por autoridad alguna. Hasta el momento también, tanto el Congreso como los demás poderes del Estado han "callado y otorgado".

En vista de ello, constituidas ya las nuevas Cortes Generales salidas de la voluntad popular expresada el 9 de marzo pasado y comenzado con ello una nueva legislatura, me dirijo a VE como presidente del Congreso de los Diputados para, en virtud de lo que contempla el ya citado artículo 77.1 de la Carta Magna española, exigir la creación de la ya repetidas veces solicitada Comisión parlamentaria que proceda de inmediato a estudiar e investigar las ya muy claras responsabilidades del monarca español en los hechos comentados con anterioridad y que resumo de nuevo:

1º.- La llamada durante años "intentona involucionista del 23-F" y que en realidad no fue tal sino una chapucera maniobra borbónica de altos vuelos, al margen de la Constitución y de las leyes, para cambiar el Gobierno legítimo de la nación en provecho de la Corona.

2º.- La creación y organización de los autoproclamados Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), compuestos por determinados estamentos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y del Ejército (de los que el monarca español tuvo conocimiento antes de que empezaran a actuar a través de documentos reservados del CESID) y que cometieron, con métodos expeditivos criminales, por lo menos veintiocho asesinatos de Estado y un secuestro.

3º.- El sorprendente y rápido enriquecimiento de su familia (en treinta años ha pasado de la indigencia más absoluta a disponer de una de las mayores fortunas de Europa, según informaciones de toda solvencia que no han sido desmentidas por La Zarzuela).

4º.- La aceptación continuada de regalos y donaciones por parte de particulares (yates, coches…) que lógicamente harían los interesados persiguiendo algo a cambio.

5º.- Los pagos con fondos reservados de Presidencia del Gobierno y de los ministerios de Defensa e Interior para enfrentar el chantaje de determinada vedette del espectáculo español, que disponía de comprometedores vídeos sexuales con el rey Juan Carlos.

6º.- La desgraciada muerte del infante D. Alfonso de Borbón en "Villa Giralda" (residencia de los condes de Barcelona en Estoril) el 29 de marzo de 1956 y que al hilo de los análisis incluidos en el trabajo de referencia dejan bastante claro que el supuesto accidente pudo ser en realidad un fratricidio premeditado. Mis estudios como militar y como experto en armas dejan muy pocas dudas al respecto. Como tal hecho nunca fue investigado por la justicia (ni portuguesa ni española) exijo, como historiador y ciudadano español, que se abra un proceso clarificador sobre el mismo, exhumando si es preciso los restos del infante que reposan en el Monasterio de El Escorial e interesando del ministerio de Defensa la documentación que pueda obrar sobre aquel homicidio en los archivos de la Academia General Militar de Zaragoza, con el fin de que expertos judiciales y técnicos en balística y teoría del tiro puedan hacer sus evaluaciones y aclarar definitivamente el misterio que encierra aquél luctuoso suceso de la historia de España. Y dejando abierto el camino para que los jueces establezcan las responsabilidades penales a las que todavía debiera enfrentarse Juan Carlos de Borbón, ya que en aquella época no estaba cubierto constitucionalmente por ningún manto de inviolabilidad o irresponsabilidad y sólo era un profesional del Ejército español (cadete de la Academia General Militar de Zaragoza), sujeto por lo tanto a las leyes penales castrenses.

Responsabilidades que podrían ser de carácter penal pero, con toda seguridad, históricas y políticas pues si se demostrara la culpabilidad del actual rey de España, habría que reescribir con toda urgencia la historia de este país.

Hasta aquí, señor presidente del Congreso de los Diputados, los presuntos delitos cometidos por el actual rey de España, tanto en su ya largo reinado como en sus años juveniles de caballero cadete en la Academia General Militar. Que este modesto historiador militar y coronel del Ejército no está dispuesto a que queden ocultos entre las bambalinas de la historia y sin su correspondiente condena, sea esta penal, moral o histórica. Por ello le reitero una vez más la solicitud de que todos estos hechos sean estudiados, investigados y analizados en profundidad, y cuanto antes, por una Comisión parlamentaria (auxiliada por los correspondientes expertos), ya que sin duda debe ser ese foro parlamentario, como suprema expresión de la soberanía popular, el que promueva inicialmente las acciones pertinentes, de tipo judicial o político, que permitan aclarar tan graves e importantes cuestiones. Que afectan al país en general y, sobre todo, a su historia pues no deja de ser un auténtico sarcasmo y una burla al pueblo español que ya figure en los libros de historia de este país como máximo salvador de la democracia y de las libertades de sus ciudadanos aquél que fue el primero en ponerlas en peligro autorizando el golpe de Estado del que, según la angelical teoría oficial, nos salvó a todos.

Ante esta Comisión debería comparecer el propio rey Juan Carlos (ya se pidió su presencia ante el Tribunal Militar de Campamento en el año 1982 para que contestara a las acusaciones de golpismo vertidas en su contra por algunos acusados y testigos en el golpe del 23-F) pues una cosa es que su persona sea, a día de hoy, constitucionalmente inviolable y no sujeta a responsabilidad y otra muy distinta el que no pueda y deba comparecer ante los legítimos representantes del pueblo para dar a conocer su versión sobre unos hechos gravísimos de la reciente historia de España en los que él ejerció el papel de protagonista absoluto.

Y por último, señor presidente del Congreso de los Diputados, si tanto esa Cámara como los demás poderes del Estado optan, una vez más, por tomarse mis denuncias contra el rey Juan Carlos I a título de inventario, es decir, como si estuvieran formuladas contra el históricamente preclaro e insigne Alfonso X el Sabio en lugar de a menor gloria del, a todas luces, menos docto y ejemplar personaje que en estos momentos ocupa la Jefatura del Estado español a título de rey por deseo testicular del dictador Franco, este historiador militar (que le recuerdo, por si lo ha olvidado, fue encarcelado y separado abruptamente de su carrera por un ministro de Defensa de su partido, en 1990, por reivindicar, con conocimiento de causa, un Ejército profesional para España; aspiración que consiguió en 1996) se verá obligado moralmente a pedir amparo internacional en la instancia judicial o mediática que estime oportuna y conveniente, incluido si fuera preciso el Tribunal Penal Internacional. Porque no deja de ser un contrasentido y un esperpento jurídico que la Audiencia Nacional española, a través de su "juez estrella" Baltasar Garzón, se dedique a perseguir jefes de Estado extranjeros, presuntos genocidas, terroristas y responsables de crímenes de lesa humanidad, y no haya llamado siquiera a declarar al máximo responsable de los asesinatos de los GAL (crímenes de Estado que no prescriben ni deben contemplar en su enjuiciamiento inviolabilidad alguna): el rey Juan Carlos
I. Quien recibió precisa y abundante información reservada del CESID en su momento (la famosa Acta Fundacional y otros documentos) sobre la preparación y pronta puesta en ejecución de la llamada "guerra sucia" contra ETA. Y no hizo nada por evitarla.

Y espero, señor presidente, que no tome estas mis últimas palabras como una amenaza (jamás me permitiría semejante libertad contra el máximo representante del pueblo soberano y tercera autoridad del Estado) sino como una respetuosa advertencia de un ciudadano español que ha dedicado toda su vida a la defensa de este país, que sólo ha recibido a cambio represiones y sinsabores y que, desde luego, como le enseñaron hace ya muchos años en una Academia Militar, no va a cejar en la lucha por sus ideales y convicciones.

España no puede tener ni un minuto más en la Jefatura del Estado a un hombre de pésima catadura moral, homicida confeso (que no ha pagado todavía por su delito), presunto asesino y también, en grado de presunción por el momento, golpista, malversador de fondos públicos y terrorista de Estado.

Le adjunto, señor presidente del Congreso, copia del Informe remitido en septiembre de 2005 y febrero de 2007 a su predecesor en el cargo.

Firmo el presente escrito en Alcalá de Henares a 4 de abril de 2008

*Ver Foro del Artculo*

http://www.larepublica.es/spip.php?article11973


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viernes, 11 de julio de 2008

Zapatero oculta que Marruecos le ha vuelto a pedir Ceuta y Melilla

Zapatero oculta que Marruecos le ha vuelto a pedir Ceuta y Melilla

El presidente del Gobierno ha querido ocultar el contenido de su conversación con el primer ministro marroquí sobre Ceuta y Melilla y ha eludido reivindicar la españolidad de las dos ciudades autónomas pese a ser preguntado reiteradamente por el asunto. Sin embargo, Abbas el Fassi ha declarado a una televisión marroquí que sí ha reivindicado ante Zapatero "el derecho" de Marruecos a "recuperar" Ceuta y Melilla.

(Libertad Digital) El primer ministro marroquí, Abbas el Fassi, afirmó este viernes haber reivindicado ante el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el "derecho" de Marruecos a "recuperar" Ceuta y Melilla porque así lo siente, dijo, "cada marroquí y el rey" Mohammed VI. No obstante, estas declaraciones sólo las efectuó a la cadena de la televisión pública marroquí M2, porque, cuando la prensa española le preguntó en rueda de prensa conjunta con Zapatero si le había pedido abrir el diálogo sobre las ciudades autónomas, eludió responder y se limitó a subrayar que el viaje de Zapatero había sido una "visita de amistad" en la que, al no existir un orden del día en la agenda, cada uno había sacado los temas que consideró oportuno.

El Gobierno español informó previamente de que El Fassi sacó durante la entrevista con Zapatero la cuestión de Ceuta y Melilla sin referirse a la visita que los Reyes hicieron a las dos ciudades autónomas en noviembre pasado y que motivó la llamada a consultas del embajador marroquí en Madrid, Omar Azziman. El Ejecutivo español, según fuentes diplomáticas, respondió a El Fassi que comprende esta reivindicación del Gobierno y la sociedad marroquí, al tiempo que pidió que entienda que, como recoge la Constitución española, Ceuta y Melilla son territorios españoles. Sin embargo, el presidente del Gobierno ha eludido reivindicar la españolidad de las ciudades autónomas en público y en alto. Al contrario, ha contestado con evasivas todas las preguntas, que han sido muchas, que se le han hecho sobre este asunto. "No hay ninguna novedad en el diálogo fructífero" entre los dos países, ha dicho el jefe del Gobierno español a las preguntas de la prensa.

Según El Fassi, la reivindicación marroquí sobre las dos ciudades españolas en el norte de Africa no debe suponer un "obstáculo" para seguir avanzando en la profundización de las relaciones bilaterales.
Se trata de la primera visita de Zapatero desde que saliera reelegido el pasado 9 de marzo. Y la primera, también, desde el congelamiento de las relaciones bilaterales a raíz del enojo de Mohamed VI por la visita de los Reyes de España a las Comunidades Autónomas del Norte de África, Ceuta y Melilla. La monarquía alauita interpretó el viaje regio como una provocación por parte de las autoridades españolas, lo que supone una clara injerencia en los asuntos internos de nuestro país.

Aún así, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se afanó por superar la crisis y con este objetivo envió por medio del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, una carta al rey Mohamed VI, cuyo contenido nunca se ha revelado. Pese al silencio del Ejecutivo en relación a esta misteriosa misiva, en este tiempo informaciones solventes han asegurado que en ella se ponía sobre la mesa el dosier de Ceuta y Melilla que, básicamente, se trata de una negociación en torno a la co-soberanía, española y marroquí, de los dos territorios nacionales.

Zapatero anunció que entre los asuntos que le han llevado a Marruecos está fomentar el estudio de "nuestra lengua" en el país vecino incrementando el número de centros del Instituto Cervantes. Paradójicamente, mientras los socialistas colaboran activamente en barrer el español en comunidades autónomas como Cataluña, País Vasco y Galicia, el presidente del Gobierno pretende ampliar el número de escuelas en Marruecos para aprender "nuestra lengua" en el país vecino.

Sí se trató profusamente el tema de la inmigración. El primer ministro marroquí dijo que Marruecos "siempre ha alentado el retorno y nunca ha alentado situaciones irregulares" y que lucha contra la emigración clandestina. "Siempre les he dicho a mis compatriotas que respeten la ley del país donde estén ubicados", señaló y afirmó que el Ministerio de la Vivienda marroquí tien un cupo de casas destinadas a los marroquíes para animarles a "volver a la madre patria". "Marruecos no es exportador de inmigrantes. Recibimos emigrantes del África subsahariana y nuestras relaciones son respetar su dignidad, son hermanos africanos. Hacemos un esfuerzo y sacrificios materiales para reducir el flujo de inmigración, España lo reconoce y la UE lo reconoce", dijo y dio las gracias al Gobierno de Zapatero "porque hace un año ha regularizado millares de personas que estaban en situación irregular".

Rodríguez Zapatero confirmó que "hemos estado hablando del control de la inmigración", y afirmó que en 2007 y 2008 éste ha sido "muy fuerte". Puso de manifiesto que las mafias organizadas abren constantemente nuevas rutas "que hay ir nuevamente fortaleciendo su control". Dijo que Marruecos tiene un "comportamiento de colaboración intensa contra la inmigración ilegal".

En la rueda de prensa, El Fassi dio las gracias a la prensa que se había desplazado a Uxda para esta visita y especialmente a aquella "que milita" por la amistad entre los dos países.

Zapatero ha viajado por cuarta vez consecutiva a Marruecos –mientras sigue sin visitar Estados Unidos- para subrayar que “España tiene una relación preferente” con el vecino del sur.

jueves, 5 de junio de 2008

El cerdo salvavidas.
Nos situamos en el año 1805, el 21 de octubre, en la bahía de Cádiz frente al cabo Trafalgar.

Tiene lugar la batalla de Trafalgar, que enfrenta a la armada inglesa, dirigida por el almirante Nelson, con la franco-española, capitaneada por Villeneuve. La mejor preparación de la flota inglesa, el ingenio de Nelson, la torpeza de Villeneuve y la nula cohesión de la flota franco-española dan la victoria a los ingleses.

Nos vamos a centrar en lo ocurrido en el barco español Neptuno. Dirigido, en Trafalgar, por Don Cayetano Valdés se metió de lleno en la batalla, junto al Intrepide francés para socorrer al buque del almirante Villenueve, siendo ambos rendidos tras la brutal lucha. El Neptuno, desarbolado, queda varado en el Puerto de Santa María. Desde tierra se intenta llegar hasta el barco para rescatar a los supervivientes, pero el fuerte oleaje impide a los botes acercarse al barco.

Y aquí es donde el ingenio español juega su baza. Se decide, no se sabe quién tuvo la brillante idea, atarle una cuerda a la pata de un cerdo que llevaban en la nave y lanzarlo al mar. A duras penas el cochino llegó a tierra y mediante la cuerda atada a su pata los botes pudieron llegar hasta el barco y rescatar a los supervivientes.

Nada más se sabe de este cerdo salvavidas, pero no conozco ninguna plaza, calle o monumento en la provincia de Cádiz a ningún cerdo. Así que…


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Javier Sanz de Historia de la Historia

sábado, 17 de mayo de 2008

MELILLA HACE 500 AÑOS

Índice:

1º. Situación.

2º. Antecedentes.

3º. Conquista de Melilla.

4º. Bibliografía.

Situación

Situada en el Norte de Africa, en la parte oriental de la península de Tres Forcas, se extiende la ciudad de Melilla, asentada, su parte más antigua, sobre una gran roca calcárea, de unos 30 metros de altura, que a manera de pequeña península se interna sobre el mar Mediterráneo.

Con una superficie actual de 12,378 Km2., superficie delimitada en el tratado Hispano-Marroquí del 24 de agosto de 1859, por el que se disparaba una bala de cañón desde el fuerte Victoria Chica, la cual delimitaría el territorio español en esa zona.

Su población es de 65.000 habitantes, compuesta por cuatro culturas (cristiana, musulmana, hebrea e hindú) que conviven en armonía, lo que convierte a esta ciudad en un claro ejemplo de convivencia intercultural.

Por su ubicación privilegiada, Melilla es la puerta de Africa, el continente hacia el que miran en la actualidad tanto el mundo de los negocios como el del turismo.

Posee como atractivos turísticos la ciudadela de "Melilla la Vieja" y el triángulo de oro de la arquitectura melillense, en el que predominan edificios modernistas creados por Enrique Nieto (discípulo directo de Gaudí), que convierten a Melilla en una de las principales capitales modernistas del mundo.

Además de poseer uno de los pocos puertos deportivos del norte de Africa, la única plaza de toros del continente, y un largo etcétera.


Antecedentes

Melilla, en la antigüedad, fue colonia comercial fenicia, denominada Rusadir, y puerto estratégico en las guerras entre cartaginenses y romanos, quienes le concedieron el estatuto de Colonia con el nombre de Flavia (año 46 d. C.) Ésta aparece perfectamente situada en el itinerario del Emperador Antonino como cabecera de la región Oriental de la Mauritania Tingitana, delimitada por el Muliluia Flumen que la separaba de la Cesariense.

Posteriormente, al igual que el resto de territorios romanos, fue invadida por los vándalos procedentes de la península, por lo que fue destruida y reedificada más tarde por visigodos y bizantinos.

Durante la gran expansión árabe, la ciudad se convierte en un reino llamado Nekor y Abderramán III la incorpora, con el nombre de Melilla, al Califato de Córdoba a finales del s. IX, pasando en el XIII a manos de los Meriníes de Fez.

Posteriormente Melilla, estando en una época de desarrollo y florecimiento, sufre las consecuencias de las guerras entre Fez y Tlemecén (Argelia), que supuso la ruina y el abandono de la ciudad.


La conquista de Melilla

A fines del siglo XV se produce en España el término glorioso de la Reconquista, con la rendición de Granada, y Melilla sostiene un animado tráfico con las costas de aquel Reino, de donde llegan constantemente numerosos vencidos que no se avienen a permanecer bajo dominio cristiano en las tierras que fueron el antiguo Reino Nazarita.

En octubre del año 1493 el Rey Boabdil, en unión de sus familiares y cortesanos, desembarcaba en Cazaza, a 18 Kilómetros de Melilla, una vez rendido su Reino de Granada ante los ejércitos victoriosos de los Reyes Católicos.

Razones políticas y estratégicas, y el deseo de impedir en el futuro nuevas invasiones, movieron a los Reyes Católicos a apoderarse de la costa norteafricana de cierto número de bases que sirvieran como centinelas avanzadas de la seguridad nacional, y con este objeto enviaron emisarios al otro lado del mar que informaran sobre la situación de aquellas costas, noticiosos de que la ciudad de Melilla, por las continuas guerras sostenidas entre los Reyes de Fez y Tlemecen, se hallaba casi despoblada.

Pasó en primer lugar, el Comendador Martín Galindo, quien después de reconocer la ciudad de Melilla y ante el gran número de habitantes que vivían en sus proximidades, informó al Rey que la conquista era harto difícil de realizar y aun en el caso de que se tomase Melilla, "antes se llamaría carnicería de cristianos que población de ellos" y ante tales informaciones se desanimaron los católicos monarcas, acordando el aplazamiento de la conquista de la plaza


Noticioso el Gobernador de Andalucía, don Juan Alonso de Guzmán, III Duque de Medina Sidonia, de que los Reyes abandonaban el propósito de conquistar Melilla, decidió tomar la empresa a su cargo, a cuyo efecto y obtenida la competente autorización real, comisionó a su Comendador don Pedro de Estopiñán Virués, para que pasara a explorar la península de Tres Forcas, cosa que realizó disfrazado de mercader, en unión del famoso artillero Francisco Ramírez Madrid. Una vez estudiado el terreno y sabiendo de lo necesario para reedificar la ciudad, se le comunicó al Duque quien mandó juntar " cinco mil hombres de a pie y alguna gente de a caballo, mandó aparejar los navíos en los que fuesen y hizo que cargaran mucha harina, vino, tocino, carne, aceite y todos los otros mantenimientos necesarios, y de artillería, municiones, lanzas, ballestas, espingardas y otras armas. Y así mismo llevaron gran cantidad de cal y madera para edificar la ciudad". Y con esta armada de gente partió Pedro de Estopiñán del puerto de Sanlúcar en el mes de septiembre del año 1497.

Se detuvieron en la mar para no entrar de día. Y desembarcando de noche, lo primero que hicieron fue sacar a tierra un enmaderamiento de vigas que se encajaba y que llevaban hecho, a este tipo de prefabricado se le llamó de "cava y barrera". Trabajaron toda la noche para ponerlo en las murallas, de tal manera que cuando amaneció, los moros que andaban por los campos, que habían visto el día antes a Melilla asolada, y la vieron amanecer con muros, y sonar tambores y disparar artillería, "no tuvieron pensamiento de que estuviesen en ella cristianos, sino algunos demonios". Y así cogieron tanto temor del súbito caso, que huyeron de aquella comarca yendo a contar a los pueblos lo que habían visto.

Entre tanto, Estopiñán hacía poner tanta diligencia en hacer descubrir los cimientos de los adarves y torres, y como llevaba gran cantidad de maestros para edificar, y todos los que iban en la armada, con el mismo general, no se despreciaban en trabajar cuanto más podían, dieronse tanta prisa y diligencia en reedificar los adarves y torres, porque de allí encontraron la piedra, conque antes estaban hechos, y con la cal que llevaron no fue difícil terminar la obra.

Cuando, a los pocos días, llegaron los soldados que el Rey de Fez pudo enviar para socorrer a los habitantes de la costa, Melilla era un verdadera fortaleza, por lo que fueron impotentes para recobrarla y tuvieron que retirarse.

Cuando Estopiñán juzgó que se hallaba Melilla en estado de defensa, dejó por alcaide de ella al Capitán Gómez Suárez con una buena guarnición, y volvió a España con el resto de la gente. Dio cuenta, al Duque, por orden de todo lo que había sucedido, y de la manera en que la había dejado.

Lo mandó a dar cuenta a los reyes Isabel y Fernando, quienes recibieron con júbilo la noticia de la conquista. Celebraron tanto los Reyes el éxito de la empresa de Estopiñán, que en la carta que enviaron al Duque con fecha 18 de octubre del mismo año le decían: "que el placer que hobimos con la buena nueva que nos enviasteis, nos ha aprovechado, para templar en algo el dolor que tenemos, porque esperamos en Dios, que desto será mucho servido…"


Bibliografía

Publicaciones utilizadas para realizar este trabajo:

MIR BERLANGA,F ; Resumen de la Historia de Melilla. Edita S.Pública V-Centenario, Melilla 1996.
Melilla, 500 años juntos. ; Edita Sociedad Pública V-Centenario. Melilla 1996.
MIR BERLANGA, F ; Melilla en los pasados siglos y otras historias. E.Nacional. Madrid 1977
DE MORALES, GABRIEL ; Datos para la Historia de Melilla (1497-1907), Volumen I. Edita UNED Melilla 1992.
DE MORALES, GABRIEL ; Datos para la historia de Melilla (1497-1907), Volumen II. Edita UNED Melilla 1992.
MELILLA EN CD-ROM, Cd-Rom conmemorativo de los 500 años de la ciudad. Edita Quinto Centenario de Melilla, S.A. Melilla 1997.
Documento de Internet referido al tema: ......http: //www.redestb.es/personal/rafaher/recinto.htm


Bueno, espero que si te has leido todo, sepas porqué Melilla no tiene por qué ser de Marruecos, entre otras cosas, porque no existía Marruecos hace 500 años cuando Melilla se hizo española.

Bueno, ya sabes, para cualquier información acerca de mi ciudad…!PREGUNTA!

martes, 8 de abril de 2008

La persecución religiosa en España
2 de Abril de 2008 - 13:02:24 - Pío Moa

Ayer, conferencia en Jerez patrocinada por las hermandades y cofradías de la ciudad, en el ciclo sobre II República y religiosidad popular. Lleno total, con mucha gente de pie y en el pasillo inmediato. Algunas intervenciones de izquierdistas, siempre interesantes (no capciosas, como varias de Zaragoza, aunque las preguntas capciosas suelen ser las mejores). La prensa, algo menos sectaria que en la ciudad de los Sitios. He aquí el texto de la conferencia. Ruego a los lectores que estén de acuerdo le den la máxima difusión, como a la de Zaragoza:

LA PERSECUCIÓN RELIGIOSA EN ESPAÑA

Como es sabido, durante la guerra civil española se produjo una de las mayores persecuciones religiosas de todos los tiempos, marcada por muy numerosos actos de vesania y de crueldad extrema con fines explícitos de exterminio del clero y de los fieles más militantes, abarcando la matanza incluso a gente por el mero delito de ir a misa. Hubo además un programa deliberado de erradicación de cuanto recordase la religión cristiana: incendio de iglesias y monasterios, destrucción de las cruces y lápidas con signos religiosos en los cementerios, destrozo o robo de objetos valiosos de culto, de bibliotecas valiosísimas, etc. Dada la enorme acumulación de cultura y arte debida a la Iglesia, la persecución causó daños invalorables al patrimonio histórico, artístico y bibliográfico de la nación.

Esta persecución no irrumpió como un rayo en un cielo sin nubes. Al contrario, fue preparada por un hostigamiento permanente desde el siglo XIX, que alcanzó su máxima intensidad durante la II República. La acción anticristiana comenzó, apenas llegado el nuevo régimen, con la célebre quema de conventos, bibliotecas, obras de arte y centros de enseñanza, protegida por la inhibición de la fuerza pública. Pero lo más grave no fueron los delitos mismos, con ser gravísimos, sino la autoidentificación casi unánime de las izquierdas con los delincuentes, a quienes otorgaron el título de “el pueblo”. Y como el pueblo es soberano, los delincuentes se convertían así en soberanos de la nueva situación. No creo exagerar en lo más mínimo, pues tal identificación constituye el prólogo de actos todavía peores. Luego las izquierdas rompieron las normas democráticas que decían representar, con una Constitución no laica sino anticatólica, la cual reducía a los clérigos a ciudadanos de segunda y permitía usar el poder, ilegítimamente, para asfixiar a la Iglesia, vulnerando de paso las libertades políticas.

Los años siguientes, sobre todo con ocasión de la insurrección de octubre de 1934 – verdadero comienzo de la guerra civil– y el triunfo del Frente Popular en febrero del 36, volvieron los incendios de templos y comenzó la matanza de clérigos, más de treinta en Asturias; y episodios significativos como el de los caramelos envenenados, cuando algunos agitadores soliviantaron a las masas con el cuento de que las monjas distribuían tales caramelos a los niños, provocando así un motín con algún muerto y heridos. La propaganda anticatólica cobró mayor virulencia. Es decir, la sangrienta persecución lanzada al reanudarse la guerra civil en julio de 1936 solo culminó una preparación de años. Poco después de la victoria del Frente Popular, el periódico satírico La traca publicó esta encuesta: “¿Qué haría usted con la gente de sotana?”. Vale la pena citarla como botón de muestra, pues incluye 345 respuestas del siguiente tenor: “Cocerlos como se cuecen los capachos; los prensaba y luego el jugo que soltaran lo quemaba, y con las cenizas y pólvora cañoneaba el palacio del Papa”. “Pelarlos, cocerlos, ponerlos en latas de conserva y mandarlos como alimento a las tropas italianas fascistas de Abisinia”. “Darles una buena paliza de quinientos palos a la salida del sol de cada día”.

“Lo que se hace con las uvas: a los buenos colgarlos, y a los malos pisotearlos hasta que no les quedara una gota de sangre”. “Castrarlos, hacerles tirar de un carretón, hacerlos en salsa y darlos a comer a Gil Robles y al ex ministro Salmón”. “Hacerles sufrir pasión y muerte, como Cristo, a ver si, como dignos representantes suyos, lo sufrían con aquella resignación del Nazareno. Si le imitaban en todo, entonces, después de muertos, sería cuando creería en ellos”. “¡Pobrecitos curas! Es tanto lo que les quiero, que uno a uno los haría colgar de la torre de mi pueblo para que no hicieran más crímenes, que bastantes han hecho ¡Canallas!”. “Ponerlos en los cables de luz eléctrica, rociarlos con gasolina, pegarles fuego y después hacer morcillas de ellos para alimento de las bestias”. “Castrarlos. Molerlos. Hervirlos. Hacerlos zurrapas. Echarlos a la estercolera”.

Y así sucesivamente. Las respuestas venían de todo el país, con sus correspondientes firmas, lo que revela dos cosas: el profundo “envenenamiento de la conciencia de los trabajadores”, denunciado por el socialista Besteiro, y la sensación de impunidad que se iba adueñando de aquella gente. De ningún modo se trataba de desahogos grotescos y bravucones, pues actos muy similares se pondrían en práctica pocos meses después. Aquella propaganda incesante creó el ambiente para la gran matanza.

El anticatolicismo, no simple anticlericalismo, era el rasgo más propio de las izquierdas y los separatistas catalanes, su cemento de unión por encima de tantas rivalidades como los separaban hasta llevarlos a verdaderas guerras civiles entre ellos. No toda la izquierda, claro está, odiaba a la Iglesia con el mismo grado de intolerancia, pero incluso la más moderada veía con simpatía o indiferencia aquellas conductas y, en el mejor de los casos, se contentaba con abstenerse. Los más tradicionales comecuras eran las izquierdas republicanas, la Esquerra catalana y los anarquistas, mientras que socialistas y comunistas sostenían conceptos algo más pragmáticos que, desde luego, no excluyeron, llegado el momento, su participación de primera fila de la persecución.

***

Este hostigamiento brutal, antidemocrático y sistemático, inclinó al grueso de la Iglesia al bando nacional, que salió en su defensa, frente al revolucionario empeñado en exterminarla. No fue, con todo, una postura unánime. Algunos sacerdotes izquierdistas y bastantes otros separatistas vascos y catalanes trataron de disimular la masacre o justificarla con diversos argumentos y, en esa medida, contribuyeron a ella.

Me extenderé un momento sobre estos últimos: en Cataluña se dio el caso curioso de que la Esquerra, pese a su intenso jacobinismo, hiciera lo posible por salvar a los curas nacionalistas. Un informe al cardenal Gomá, guardado en su archivo y recientemente publicado por José Andrés-Gallego y A. M. Pazos, dice: “Ha llamado poderosamente la atención el hecho de que los sacerdotes militantes del catalanismo hayan salido todos indemnes, mientras sucumbían a centenares sus hermanos”. Cabe dudar de que todos los nacionalistas salieran indemnes, pero hubo una operación política para favorecerlos, excluyendo a los curas catalanes no nacionalistas. El propio Vidal i Barraquer pudo librarse, dejando abandonado, al parecer por un malentendido, a su obispo auxiliar, Manuel Borrás, asesinado poco después. El nacionalismo de Vidal, comenta Azaña, “llega a extremos chistosos. No ve con malos ojos la disolución de los jesuitas, pero estima que ha podido hacerse una excepción con los jesuitas de Cataluña, que son de otra manera, y, por supuesto, mejores”.

La solidaridad de los clérigos nacionalistas con los martirizados fue escasa, si acaso existió. Madariaga cita a una de sus “lumbreras”, como lo llama, acaso el mismo Vidal i Barraquer: “Los revolucionarios han destruido las iglesias, pero el clero había destruido primero a la Iglesia”. No se entiende cómo pudo ocurrir aquello. Los revolucionarios no solo destruyeron iglesias, sino que masacraron a los sacerdotes. ¿Por qué tenían que hacerlo si los sacerdotes habían servido tan bien a sus designios de arrasar la Iglesia? ¿No debieran haber premiado y felicitado, más bien, a aquel clero tan conveniente para ellos? Al final de estas retorcidas justificaciones queda, de un modo oscuro y contradictorio, la vieja pretensión de presentar a las víctimas como culpables. Posturas que seguimos viendo hoy en el fraile ideólogo Hilari Raguer, por ejemplo.

O en el clero nacionalista vasco. Buena parte de él se sentía estrechamente ligado al PNV, en el cual veía un defensor de la religiosidad de los vascos, considerados una especie de nuevo “pueblo elegido”. Quien quizá expresó mejor su insolidaridad radical fue el muy católico Irujo, ministro de Justicia en el Frente Popular, con una propuesta de decreto encaminada a mejorar la imagen de las izquierdas en el extranjero: “La pasión popular, confundiendo la significación de la Iglesia con la conducta de muchos de sus prosélitos, [hizo] imposible en estos últimos tiempos el ejercicio normal del derecho de libertad de conciencia y práctica del culto”. La matanza y destrucción sistemáticas quedaban reducidas, para ventaja de la propaganda de los perseguidores, a la simple eliminación del derecho al culto, atribuido, además, a una “confusión popular”. Las víctimas, por su “conducta”, habían merecido de algún modo el castigo.

Al revés que los nacionalistas de Álava y Navarra, los de Guipúzcoa y Vizcaya, creyendo en la victoria de los revolucionarios, optaron por éstos a cambio de un estatuto de autonomía, que se proponían conculcar aprovechando las circunstancias. Cuando los navarros ocuparon Guipúzcoa, la autoridad militar fusiló a 12 ó 14 sacerdotes nacionalistas por sus actividades políticas. El PNV y el clero adicto hicieron grandes protestas en la prensa extranjera y en el Vaticano, apoyándose en sectores “progresistas”, especialmente franceses, pese al carácter tradicionalmente muy reaccionario y antiliberal del nacionalismo vasco. Franco cortó los fusilamientos, pero el clero peneuvista persistió en su campaña para negarle el carácter de defensor de la Iglesia. En realidad, el clero separatista se desentendió de la suerte de los sacerdotes perseguidos, justificando de diversos modos su matanza.

El proyecto de decreto de Irujo señalaba, además: “Una parte de la Iglesia católica, concretamente la de Euzkadi, ha sabido en todo momento cumplir su misión religiosa con el máximo respeto al Poder civil (…) Por eso no ha sufrido el más leve roce con sus intereses”. Estas frases eran tan falsas como la anterior. En la zona bajo autoridad del PNV habían sido asesinados nada menos que 55 sacerdotes que, por ser ajenos al separatismo, no merecieron atención reivindicativa ni protesta del clero ni de los políticos sabinianos, tan clamorosos por los fusilados en Guipúzcoa. Otros muchos religiosos vascos fueron masacrados en el resto del país ante la misma fundamental indiferencia de los clérigos nacionalistas.

Desde luego, Irujo hizo aquí y allá algunas gestiones en favor de los perseguidos y algunas denuncias ocasionales. Por ellas ha recibido un reconocimiento algo excesivo, si las comparamos con su política básica de ocultación de la verdad, de connivencia con los perseguidores desde el gobierno, y de apoyo a la propaganda revolucionaria, todo ello sin protesta alguna de los religiosos peneuvistas, que yo sepa. Pues esta connivencia de hecho constituía la contrapartida de las vulneraciones del estatuto por el PNV, como exponía el lendacari Aguirre ante las protestas de las autoridades izquierdistas: “Euzkadi sirvió con su ejemplo de único argumento en el exterior, invocado tantas veces en la Sociedad de Naciones y por numerosos políticos, incluso comunistas, como la señora Ibárruri en sus mítines de propaganda exterior”. Los servicios prestados por el PNV y su clero al Frente Popular fueron muy estimables, pero las izquierdas creían excesivo el pago que por ellos se tomaban los sabinianos. Estos precedentes, creo, ayudan a entender sucesos más recientes.

***

La persecución, tan apasionada y sistemática, no respondía al odio político, pues la inmensa mayoría de las víctimas no pertenecía a partidos más o menos fascistas, de los que las izquierdas pudieran temer agresiones. Su utilidad desde el punto de vista bélico fue nula, y políticamente perjudicó en extremo a sus autores, al dejar en evidencia sus pretensiones de libertad, humanitarismo y cultura, y alimentó la desgana de Gran Bretaña, Usa y Francia por ayudar al Frente Popular, pese a los clamores "republicanos" y "democráticos" de éste. Esa aparente irracionalidad, unida a una crueldad tan extrema, ha obligado a buscar explicaciones al fenómeno, que a menudo han derivado a críticas a la Iglesia perseguida, y no tanto a sus perseguidores.

Entre ellas apenas trataré el bulo de que las iglesias y conventos servían de polvorines o de fortalezas desde donde curas y frailes disparaban contra "el pueblo". El evidente infundio continúa una larga tradición, iniciada en la primera mitad del siglo XIX, cuando los frailes fueron acusados de envenenar las fuentes públicas. Erraríamos al atribuir tales patrañas, por su tosquedad, a mentes incultas "del pueblo", pues, por extraño que suene, han sido divulgadas y más o menos creídas por intelectuales. Con ocasión de la magna pira de conventos, bibliotecas y escuelas a comienzos de la república, Rivas Cherif cuenta una frívola charla entre él y Azaña, en la que éste, "si se le argüía aduciendo la matanza de frailes del 34 del siglo pasado so pretexto de haber envenenado las aguas, decía que él no lo creía así; pero que si el pueblo lo aseguraba, era desde ese momento una verdad histórica irrebatible". En realidad, los bulos partían de círculos relativamente cultos y politizados, que los utilizaban para incitar a masas sugestionables, por lo común del lumpen. No se trata, pues, de una explicación, sino de una parte de la persecución misma.

Madariaga hace una acusación en la línea de la “lumbrera” por él aludida: en la Iglesia predominaría un estilo rutinario, hipócrita y hueco, sin apenas contenido espiritual, y un nivel cultural muy bajo. Pero el mismo autor se contradice, al menos en parte, al observar cómo las provincias de mayor cultura popular, donde el analfabetismo estaba erradicado, eran las muy clericales de Santander y, especialmente, Álava, “la provincia más devota de toda España”. No obstante, insiste: “Que la Iglesia española, un tiempo gloriosa y liberal, que con Vitoria y Suárez fundara el derecho internacional, y con Mariana definiera al príncipe democrático, viniese a degenerar hasta producir los curas guerrilleros y las monjitas místicas (...) La Iglesia española fue grande mientras se nutrió de la cultura de las grandes universidades del siglo XVI”. Pero ese hecho, aun en el caso de que fuese cierto, de ningún modo podría justificar la persecución. Además, aunque la Iglesia española tuvo parte muy importante en el despliegue intelectual del siglo XVI, y son extremadamente apreciables sus contribuciones a un pensamiento pre liberal, para su propio criterio, religioso y no directamente político, se trata de méritos derivados y no esenciales. Por otra parte, si bien la Iglesia no atravesaba su mejor momento en la II República, suponerla, entonces o en el siglo XIX, compuesta fundamentalmente por curas guerrilleros y monjitas místicas, distorsiona la realidad. La Iglesia mantenía numerosas publicaciones y trabajos de investigación muy variados, e instituciones culturales de primer orden, como la universidad de Deusto, donde se hallaba lo único parecido a una facultad de Economía en el país, cerrada sin mayor reparo por el gobierno de Azaña, tan afecto a la cultura. También se esforzaba la Iglesia en formar élites profesionales y políticas, y por contrarrestar intelectualmente las doctrinas laicistas y revolucionarias, como reconoce Martínez Barrio. Esfuerzo mejor o peor encaminado, pero en conjunto notable. Sin vivir una etapa de brillantez intelectual, tampoco estaba el clero tan decaído como se le achaca, ni mucho menos.

En cuanto a la presunción de una religiosidad formulista y hueca, choca con la evidencia de las víctimas, que muy a menudo aceptaron el tormento y la muerte antes que renegar de sus creencias, y lo hicieron perdonando expresamente a sus asesinos. Los célebres versos de Claudel sobre los miles de mártires "y ninguna apostasía" parecen bastante próximos a la realidad. Pues, como una muestra más del extraño carácter, por así decir antipolítico, de la persecución, a menudo se ofrecía a las víctimas salvarse si hacían algún acto simbólico como pisotear un crucifijo o blasfemar. Sea cual sea el punto de vista con que se trate el hecho, está claro que la fe de los católicos no era superficial y formularia, al menos la de un sector amplio de ellos.

Y cualesquiera fueran los defectos culturales o espirituales de la Iglesia, resulta grotesco el intento de justificar o explicar por ellos la sanguinaria y obsesiva persecución a la que se libraron sus enemigos. Como si los nazis hubieran perseguido a los judíos acusándolos de no cumplir como era debido con su religión.

Otra acusación común destaca una supuesta enemistad de la Iglesia hacia la república. Este argumento ha calado profundamente, también en la derecha, y ha originado una abundante literatura sobre la cerrazón eclesial. J. Caro Baroja afirma: "El clero español dio unos cuantos diputados avanzados, otros reaccionarios. Pero en conjunto, al menos en el Norte, la campaña más sorda y necia contra la República se hizo en las sacristías, utilizando la amenaza, la idea de persecución, etc. (...) La retirada de los crucifijos de las escuelas, las leyes acerca de licencias para procesiones y otras sancionadas por las Constituyentes, los incendios de iglesias y conventos, dieron lugar a interpretaciones torcidas o equívocas, que irritaban a hombres y mujeres, según los cuales, los castigos de Dios eran inminentes. Todo quedaba englobado bajo la misma interdicción clerical: desde "bailar el agarrado" o ir en el "correcalles" a leer La Voz de Guipúzcoa”. Puede ser, pero todo ello no pasa de pintoresquismo inocente al lado de las propagandas y actos anticristianos, realmente violentos y agresivos. Y hechos como las quemas de conventos, bibliotecas y escuelas por los supuestos adalides de la cultura, o las leyes que vulneraban las libertades ciudadanas para reducir a los clérigos a ciudadanos de segunda y a la indigencia, no admitían la menor “interpretación torcida o equívoca”: su realidad e intención estaban clarísimos.

A decir verdad, la acusación dicha tampoco encuentra respaldo en los hechos. La postura eclesial no fue homogénea. Las diferencia podrían personificarse en los cardenales Segura, por un lado, y Vidal i Barraquer por otro. El primero, impregnado del espíritu tradicional, pidió a los creyentes colaboración con las nuevas autoridades, sin dejar de recordar con gratitud a la monarquía. Aunque sus expresiones hacia la república no pasaban de frías, eran perfectamente legítimas en un sistema de libertades, y el gobierno le respondió con menos tolerancia de la que los republicanos habían disfrutado bajo la monarquía: le respondió con auténtico despotismo, resultando una colisión en la que Segura llevó las de perder. Vidal, próximo en algunos puntos a la democracia cristiana, prefería olvidar el pasado, aceptaba más abiertamente el espíritu del siglo y cerraba los ojos a muchas asperezas anticlericales, esperando que el tiempo las limase. Esta posición fue en parte auspiciada por el Vaticano –representado en Madrid por el mundano nuncio Tedeschini– y en el conjunto de España predominó la actitud intermedia de Ángel Herrera, con mucho peso en el episcopado y cofundador de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, de los diarios El debate y Ya y del partido de Acción Popular, embrión de la CEDA, en la cual influía ideológicamente.

La Iglesia adoptó, pues, una actitud respetuosa y contemporizadora, aunque, claro está, disgustada por las injurias que sufría no de la república, concebida inicialmente como democracia liberal, sino de los partidos izquierdistas, nada liberales ni demócratas, aunque no cesaran de invocar la libertad. La argucia de Azaña cuando alude al peligro, puramente inventado, de un gobierno de obispos y abadesas, o explica la persecución por la supuesta "intransigencia, la ferocidad del todo o nada" que achaca a los católicos, falsea por completo la realidad. Ni siquiera cuando la tremenda agresión de la quemas de conventos en mayo del 31, respondieron el clero y los partidos católicos con la violencia o la subversión, que no habrían dejado de estar justificadas como legítima defensa. La CEDA no sólo acató el nuevo régimen, sino que lo salvó literalmente en octubre de 1934, cuando lo asaltaron las propias izquierdas, como está hoy bien documentado. No fue la Iglesia la que hostigó a la república, sino las izquierdas de la república las que hostigaron sin tregua a la Iglesia.

***

Una tercera explicación afirma que la Iglesia se ganó la animadversión de amplias capas populares, de los pobres, por haberlos olvidado, por no haber atendido a sus necesidades. Pero esta acusación ignora dos cosas: que los autores de la persecución no fueron “los pobres”, sino unos partidos y políticos que decían hablar en nombre de ellos. La inmensa mayoría de los pobres no participó en las matanzas, y una gran parte de ellos siguieron sintiéndose cristianos. Y por otra parte la Iglesia no estaba tan alejada de los necesitados como se pretende. Sostenía, entre otras cosas, una red muy considerable de asilos de ancianos y desvalidos, y de asistencia a enfermos, tanto más apreciable en una época en que apenas existía seguridad social, desarrollada más tarde, en época de Franco. Además dirigía centros de formación profesional y de enseñanza a obreros y jóvenes sin recursos, de ambos sexos, etc. Lo que hacía el clero en este orden, mucho o poco y desde luego no era poco, casi nadie más lo hacía. El argumento podría tener algún peso si el objetivo del exterminio hubieran sido las jerarquías eclesiásticas o los sacerdotes de los barrios y zonas acomodadas, pero no fue así. Los perseguidores detestaban especialmente las actividades eclesiásticas en las zonas populares, pues las veían como una intromisión en el campo proletario, que ellos creían monopolio suyo. Los curas y frailes dedicados a esas labores fueron también asesinados, a menudo con verdadero sadismo. Ya en mayo del 31 los incendios se dirigieron, significativamente, contra centros de formación profesional o escuelas salesianas y jesuitas para obreros, y Azaña quiso prohibir incluso la beneficencia eclesial.

Pese a estos hechos, la acusación permanece con fuerza, completada con la de haberse aliado la Iglesia tradicionalmente con los “ricos”, con los poderes “reaccionarios”, “explotadores”, con el “capitalismo”. Hace poco un ex sacerdote o ex seminarista pasado al socialismo, el historiador Santos Juliá, criticaba las beatificaciones de los mártires cristianos, asesinados muchos de ellos por socialistas, apoyándose en el intelectual católico francés Maritain, de quien citaba: "Es un sacrilegio horrible masacrar a sacerdotes –aunque fueran fascistas, son ministros de Cristo– por odio a la religión; y es un sacrilegio igualmente horrible masacrar a los pobres –aunque fueran marxistas, son cuerpo de Cristo– en nombre de la religión". Le repliqué en un artículo de Libertad Digital: “Un historiador con algún sentido crítico no puede emplear de ese modo la sentencia de Maritain oponiendo sacerdotes y "pobres". Los sacerdotes eran asesinados por el mero hecho de ser sacerdotes, pero, ¿de dónde saca Maritain que los pobres sufrían matanzas por serlo? Eso es propaganda stalinista, y su falsedad resalta no ya para un historiador, sino para cualquier persona con sentido común. Ello aparte, los muertos por la represión de los nacionales durante la guerra ascendieron a unos 70.000, según los cálculos más solventes de Martín Rubio: ¿tan pocos pobres había en España? Como sabe todo el mundo, cayó entonces gente acomodada, de clase media y de escasos recursos, pero ninguno de estos últimos lo fue por su posición social, sino por considerársele enemigo político o por venganzas personales. Lo mismo vale para la represión del Frente Popular (unas 60.000 víctimas, más proporcionalmente que sus contrarios, al haberse ejercido sobre un territorio menor), la cual sacrificó también a numerosos obreros y campesinos desafectos. La persecución de los clérigos y monjas se emparenta cualitativamente con el Holocausto perpetrado por los nazis contra los judíos, pues en ambos casos las víctimas eran asesinadas simplemente por ser judíos o clérigos. Un historiador serio debe tener en cuenta otro detalle que Juliá también olvida, y que ayuda a explicar la evidente falsificación del intelectual francés: la preocupación de este por su país, pues le alarmaba la influencia alemana e italiana en España en detrimento de los intereses franceses, y por ello presentaba a Franco como un títere de Hitler. Pudo tratarse de una mentira inconsciente, pero desde luego faltaba a la verdad y escondía que, en cambio, el Frente Popular sí fue dominado por Stalin desde el envío del oro español a Rusia”.

Maritain, por cierto, tenía bastante influencia en el Vaticano, donde, según Sainz Rodríguez, “nos consideraban un pueblo al que se tiene seguro, en el que no existe peligro de que se aparte de la disciplina católica, pero al que no hay que prestar excesivas atenciones. En cambio, el elemento francés pesaba enormemente en el Vaticano”, e incluso “los asuntos españoles eran interpretados a través de lo que se decía en Francia”. Tengo la impresión de que Sainz no iba aquí del todo descaminado.

Terminaba mi artículo: “Juliá y tantos otros desvirtúan la espeluznante persecución religiosa con argumentos especiosos, han pretendido durante años que la Iglesia pidiera perdón a sus torturadores y ahora se oponen a que honre a sus mártires. ¡Imaginemos que en Alemania se hiciese hoy algo semejante con los judíos! El envenenamiento de las conciencias prosigue, con las mismas falsedades de los años 30. Juliá y compañía no revelan el menor sentimiento por lo que entonces hizo el Frente Popular, y uno queda con la sospecha de que repetirían, si hubiera ocasión. Después de todo siguen demostrando una vocación en verdad fanática por defender a los pobres”.

Además, aunque la Iglesia se hubiera desentendido efectivamente de los pobres o los trabajadores, ello tampoco justifica en modo alguno la persecución. Al revés, sus enemigos deberían estar muy contentos de esa actitud.

Debemos atender a otra faceta de la acusación, muy próxima a la teoría marxista de la lucha de clases. Según ella, nada más natural que el compinchamiento de la Iglesia con los llamados explotadores, pues servía a estos para suministrar a los explotados el opio religioso que les hiciera resignarse, en lugar de rebelarse contra su triste situación. Esta doctrina incidía sobre algunos rasgos tradicionales del cristianismo, y no ha dejado de seducir a algunos sectores religiosos, que propugnaban el arrepentimiento por la identificación eclesial con los ricos y los poderosos. La Iglesia debía regenerarse para ganarse a los pobres, a los trabajadores manuales, a los desheredados del Tercer Mundo y, en el caso español, pedir perdón por haber apoyado en la guerra civil a quienes la estaban salvando del exterminio, en lugar de apoyar a sus exterminadores, los partidos llamados obreros del Frente Popular. Las víctimas de la persecución debían recibir así la suprema injuria de un olvido despectivo.

Se trata de un enfoque, ya digo, aproximadamente marxista, esto es, materialista, y creo que conducía a la Iglesia al suicidio teórico y práctico. Teórico porque le hacía renunciar o dejar en segundo término su legado espiritual, no materialista; y práctico porque los partidos marxistas quedaban como los auténticos defensores de la justicia social, de los pobres, mientras la Iglesia debía purgar su larguísima identificación con los opresores y solo muy a última hora reconocía su error y pretendía rectificar. Al estar la verdad, en lo esencial, al lado de aquellos partidos, el mensaje de la Iglesia se volvía redundante, quedaba a la defensiva o se diluía, y tal efecto tenía la célebre consigna de la cruz en una mano y la hoz y el martillo en la otra. El llamado diálogo con el marxismo, así planteado, benefició mucho a este y perjudicó a la Iglesia, en cuyo seno introdujo una notable confusión. En fin, hoy debiera estar bastante claro que los partidos autodenominados obreros nunca representaron nada parecido a unos “intereses históricos” del proletariado, que se combatieron y asesinaron entre sí y que nunca los pobres sacaron nada bueno de ellos.

***

En mi opinión hay tres factores que explican suficientemente la persecución y sus rasgos criminales. En primer lugar, la tradición jacobina. En España, mucha gente identificó el liberalismo con la invasión napoleónica y la Revolución francesa, identificación errónea en general, pero apropiada en el caso de la fracción de los liberales llamados exaltados, luego progresistas y republicanos. Para estos, en efecto, la Revolución francesa constituía el modelo, y un punto fundamental de ella consistía en el aplastamiento de la Iglesia, como había ocurrido en Francia y habían predicado algunos ilustrados, particularmente Voltaire: écrasez l´infâme! Esta concepción difería de la de la Revolución useña o de la experiencia inglesa, que no conocieron tales convulsiones y persecuciones; en la misma España, el liberalismo tenía corrientes moderadas y enlazaba con la tradición intelectual española de los siglos XVI y XVII, eclesiástica en tan gran medida. Sin embargo el sector republicano, de estilo muy jacobino, propugnó la eliminación de la Iglesia, a la que presentaba como el obstáculo mayor a la modernización del país, a la razón y al progreso. Ese fue su objetivo esencial, causa de matanzas y quemas de iglesias ocasionales, así como de una copiosa propaganda. Debe destacarse que la literatura anticlerical en España nunca tuvo la altura intelectual de la francesa, y si destaca por algo es por su carácter soez y pedestre. No obstante, su persistencia y masividad le fueron ganando un influjo social considerable.

En segundo lugar, las nuevas corrientes revolucionarias, desde finales del siglo XIX, adoptaron un punto de vista parecido al de nuestros jacobinos. Los anarquistas miraban la creencia religiosa como un enemigo incluso mayor que el propio sistema capitalista, y desde muy pronto hizo objeto a la Iglesia de una hostilidad incondicional, mediante atentados con bombas y otras manifestaciones violentas. Probablemente fueron los más entusiastas incendiarios de templos (no los únicos, ni mucho menos). Los marxistas manifestaban una oposición menos frontal, pues daban la importancia decisiva al factor económico, al derrocamiento del sistema capitalista, después de lo cual la religión debía ir disolviéndose de forma natural, ayudada, eso sí, por la dictadura del partido, llamada del proletariado. No obstante, los marxistas creían necesario apoyar a los republicanos más radicales a fin de cumplir la “revolución burguesa”, preludio necesario de la proletaria, y por tanto apoyaban su anticristianismo, participando, como ateos militantes, en la propaganda y el hostigamiento a la Iglesia, así como, a su debido tiempo, en las matanzas. Como señalé al principio, este era el único punto de coincidencia entre todos aquellos grupos, y su influjo sobre sectores de la población no cesó de crecer en el primer tercio del siglo XX.

Estos dos factores, que se reforzaban, podían ser mantenidos relativamente a raya mientras persistiera la legalidad que convencionalmente llamamos burguesa, una legalidad no utópica o revolucionaria. Pues en una sociedad repleta de intereses, creencias, aspiraciones y sentimientos muy dispares, solo el mantenimiento de la ley garantiza una convivencia razonablemente pacífica, aun si con crisis naturales. Pero la república, nacida en principio como democracia liberal, sufrió desde muy pronto un proceso de derrumbe cada vez más agravado, que he descrito en tres fases: una fase de desbordamiento, de origen sobre todo izquierdista, durante el primer bienio (quema de conventos, insurrecciones anarquistas, golpe de Sanjurjo desde el otro lado, fracaso de algunas reformas razonables, pero aplicadas con ineptitud y transformadas en pura demagogia…). Una segunda fase de asalto de las izquierdas y los separatistas al poder que las urnas les habían arrebatado en 1933 (intentos de golpe de estado por Azaña y los republicanos, preparativos de guerra civil en pro de un sistema soviético por parte del PSOE, movimientos de rebeldía de los nacionalistas catalanes y vascos), culminada con la insurrección de octubre del 34, que dejó 1.400 muertos en solo dos semanas y en 26 provincias. Y una tercera fase al volver al poder las izquierdas agrupadas en el Frente Popular, tras las elecciones anómalas y no democráticas de febrero de 1936, para desatar de inmediato un movimiento revolucionario desde la calle, con cientos de asesinatos, incendios, ocupación de fincas etc., más la liquidación por el gobierno de la legalidad republicana, antes concebida como una democracia liberal.

Este proceso arruinó la convivencia social en España, acabó de quitar toda legitimidad al gobierno de izquierdas y motivó la rebelión de las derechas, reanudándose la guerra civil. Importa subrayar que la rebelión de julio de 1936 no fue un pronunciamiento militar al estilo de los del siglo XIX y algunos del XX (la gran mayoría de ellos, contra un tópico común, tuvo carácter izquierdista, es decir, exaltado, progresista o republicano), sino una verdadera sublevación de una parte muy amplia del pueblo en torno a un sector del ejército. Y que no ocurrió frente a un gobierno legítimo y democrático, como siguen pretendiendo diversas propagandas, sino contra un gobierno despótico y un proceso revolucionario. No sería la democracia, como a menudo se pretende, sino la revolución, la que saldría derrotada.

Fueron, pues, las izquierdas y los separatistas quienes hundieron la legalidad republicana, aunque persistieran luego en llamarse republicanos, un artificio de propaganda para retener una legitimidad ficticia y obtener apoyo exterior (solo lo obtendrían de Stalin, que convirtió al Frente Popular en protectorado suyo). La ruina del ideal demoliberal dejó una pugna entre dos ideales dictatoriales, el totalitario de las izquierdas y el autoritario de las derechas. Este último, muy preferible para cualquier demócrata, ganó la contienda, mantuvo a España fuera de la guerra mundial y facilitó un importante desarrollo económico y la disolución de los viejos odios de la república, para dar paso, son el tiempo y de forma bastante normal, al actual sistema de libertades políticas. No me extenderé aquí sobre estos hechos, hoy suficientemente documentados.

La caída de la ley tiene siempre o casi siempre los mismos resultados: el desencadenamiento de los odios y las pasiones, y con ellos, de los crímenes. El levantamiento derechista fracasó al principio y quedó en posición casi desesperada, recurriendo al terror para asegurar su retaguardia, mientras que el Frente Popular, seguro de su victoria empleó el terror como aplicación de un programa de “limpieza” acariciado y preparado por su propaganda desde largo tiempo atrás.

A mi juicio, estos tres factores, es decir, las concepciones jacobinas, su reforzamiento por las ideas revolucionarias marxistas y anarquistas, y la destrucción de la legalidad republicana por el Frente Popular, explican suficientemente la matanza de religiosos y muchos otros fenómenos de la época. Podemos hablar del pensamiento utópico y mesiánico detrás de tales actos, pero aquí dejaremos ese aspecto de lado.

¿Cuáles fueron los fallos de la Iglesia en relación con todo este proceso? Como he indicado, no creo que fueran los que habitualmente se le achacan. La Iglesia perdió mucho terreno en la sociedad española durante aquellos decenios, como lo ha vuelto a perder ya desde antes de la transición democrática, y eso requerirá seguramente un análisis interno. Pero no abordaré esa cuestión, pues no enfoco el tema desde el punto de vista del creyente, sino del demócrata. Como tal, considero que la Iglesia tiene el mismo derecho a expresarse y organizarse que cualquier otra asociación, máxime teniendo en cuenta su extraordinaria relevancia en la historia y la cultura españolas. Y estoy convencido de que los ataques que ha venido sufriendo y que sufre hoy nuevamente, perjudican seriamente no solo a la Iglesia, sino a la democracia misma, a la estabilidad de la sociedad y a la integridad del país.

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